Conozca los beneficios y riesgos que hay para nadar en aguas heladas

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Ya los vikingos apreciaban el efecto de los baños fríos en Islandia, una costumbre que hoy sigue en pie y se ha extendido a varios países del mundo

La natación en agua fría, también conocida como natación en invierno o natación en hielo, implica nadar al aire libre principalmente durante el invierno o en las regiones más frías y polares. En los últimos años, la natación en hielo (en agua por debajo de los 5 °C) se ha convertido en un deporte durante todo el año, con muchos nadadores participando y compitiendo regularmente en eventos tanto locales como internacionales.

Un estudio científico destaca la amplia variedad de beneficios para la salud, incluidos cambios sanguíneos y hormonales, menos infecciones del tracto respiratorio superior, mejora de los trastornos del estado de ánimo y bienestar general. Aunque se ha demostrado que la exposición crónica a temperaturas de agua más frías es beneficiosa para la salud, otros estudios han descrito los riesgos potenciales.

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Beneficios a la salud mental y al cuerpo

La inmersión en agua fría ha suscitado mucha atención últimamente, sobre todo por sus supuestos beneficios para la salud mental. Wim Hof, atleta extremo y gurú de la actividad física que desarrolló la técnica, apareció en un reciente documental del músico e influencer Jacob Sartorius. Su régimen también fue objeto de un episodio de The Goop Lab de Netflix, estrenado el año pasado.

El método Wim Hof suele consistir en sumergirse en un baño de hielo o en una ducha fría, pero otros han recurrido a una versión más activa para gestionar su salud mental. Mental Health Swims, una organización sin fines de lucro que organiza natación en agua fría en toda Gran Bretaña, ha pasado de tener un solo grupo a más de 80 desde 2019.

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La gente ha utilizado el agua fría para promover la salud durante siglos. Hipócrates creía que la terapia acuática podía aliviar la fatiga, y los médicos del siglo XVIII recomendaban los baños fríos para tratar afecciones como la fiebre y el raquitismo.

Hoy en día, los que confían en los beneficios del agua fría dicen que los hace sentir vigorizados, con la cabeza despejada y más capaces de manejar el estrés. Algunos dicen que les ha ayudado a superar el dolor, la ansiedad, la depresión y otros problemas de salud mental. Las pruebas preliminares sugieren que pueden estar en lo cierto, pero la base científica detrás de cómo o por qué el agua fría afecta a la salud mental aún no está clara.

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Síndrome cardiovascular y endocrino

Nadar en agua fría podría tener un impacto positivo sobre los factores de riesgo cardiovascular como el perfil lipídico o la presión arterial. Además, la natación en invierno puede mejorar la adaptación al estrés. En un estudio se observó que nadar en agua muy fría, generaba una disminución de los triglicéridos y una menor concentración de homocisteína, cuyos niveles están relacionados con el desarrollo temprano de enfermedades del corazón.

Esto parece tener un efecto positivo sobre el metabolismo de la insulina, pudiendo mejorar algunos parámetros como la sensibilidad a esta misma hormona, algo que podría beneficiar muchísimo a aquellas personas que tienen prediabetes o diabetes tipo 2.

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Aumenta la libido masculina

Varios estudios han puesto de manifiesto que al nadar en aguas frías se eleva la producción de testosterona, lo que a su vez aumenta la libido en los hombres. No funciona de la misma manera en las mujeres pero el “shock” producido por las bajas temperaturas incrementa los niveles de energía y libera endorfinas, lo que produce una sensación de bienestar.

Las infecciones del tracto respiratorio superior son una medida indirecta útil de la función inmune y varios estudios también han analizado la prevalencia de infecciones del tracto respiratorio superior en nadadores de agua fría.

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En otro estudio se encuestó a 85 nadadores en hielo que participaban regularmente en nados en agua fría (entrenamiento y competición), y el 40% afirmaron que experimentaban menos infecciones de las vías respiratorias superiores, más leves y de menor duración que antes de que comenzaran a nadar en hielo con regularidad. Aun así, si bien la exposición a corto plazo en agua fría sin duda puede mejorar la actividad del sistema inmunológico, la exposición repetida sin una recuperación suficiente en realidad puede conducir a una función inmunológica reducida.

Riesgos que puede tener nada en agua fría

Incluso si nadar en agua fría puede proporcionar un beneficio en ciertos casos, no se deben ignorar los riesgos, especialmente con la natación en hielo. Al nadar, es importante ser consciente de los posibles riesgos cardíacos y pulmonares que surgen debido a la exposición al frío. Es importante tener en cuenta que la temperatura de las personas es de aproximadamente 37 °C, y que la inmersión prolongada en agua fría puede producir hipotermia a medida que el calor corporal se pierde.

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Hipotermia

Como se mencionó anteriormente, el riesgo más significativo de nadar en agua fría es la hipotermia, sin embargo, se puede suponer que la caída de la temperatura corporal en los nadadores de hielo es menos rápida que en los nadadores de piscina porque ya están adaptados.

Las personas con sobrepeso que están aclimatadas al agua fría y tienen la experiencia adecuada tienen más probabilidades de tolerar una estancia más prolongada en el agua fría que las personas con poco tejido adiposo corporal y que no estén aclimatadas.

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Riesgos cardiacos

Trabajos recientes han sugerido que una gran proporción de las muertes por inmersión en agua fría puede atribuirse a arritmias. En ciertos individuos con factores de riesgo preexistentes, puede provocar una arritmia y un paro cardíaco. Sin embargo, para que se produzcan arritmias mortales, son necesarios factores predisponentes como la enfermedad de las arterias coronarias o la hipertrofia miocárdica.

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Ahogamientos

Una reducción en el rendimiento y las respuestas cardiorrespiratorias iniciales a la inmersión en agua fría son probablemente los principales factores que contribuyen a las emergencias por ahogamiento en los nadadores. En entornos de laboratorio controlados, las primeras reacciones a la inmersión o “shock frío” se clasificaron como el período más peligroso y representaron la mayoría de las muertes por inmersión en agua fría.

Después de sumergir a una persona en agua fría, se produce una reacción de choque frío que provoca una respiración intensa e incontrolable. Esto es seguido por una hiperventilación con respiración agitada. Con la exposición prolongada al frío, la frecuencia respiratoria es muy alta y se supone que el aumento de la ventilación conduce a una ineficiencia progresiva al nadar y fatiga de los músculos respiratorios, generando un ahogo.

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Recomendación

Realmente todos los deportes conllevan sus riesgos, desde lesiones en deportes de fuerza o running, caídas en escalada, etc. Es por ello que, a la hora de empezar cualquier deporte, se vaya haciendo una progresión recomendada por un profesional del ejercicio.

La mayoría de los expertos recomiendan consultar al médico antes de lanzarse al agua fría. Las personas que planean nadar al aire libre también deben considerar la posibilidad de unirse a un grupo, asegurarse de que conocen los peligros locales del agua, evitar tirarse de cabeza y asegurarse de que tienen una forma de salir del agua antes de entrar.

Con información de La Patilla