El gobernador de Oklahoma, el republicano Kevin Stitt, firmó el miércoles una nueva ley que prohíbe el aborto en el estado desde el momento de la fertilización.
Esta norma también permite a los ciudadanos denunciar a cualquier compañía o persona que asista a una mujer en la interrupción de su embarazo, convirtiéndose en la legislación más restrictiva de Estados Unidos.
La prohibición del aborto en Oklahoma se aprobó en medio de la polémica por la posibilidad de que el Tribunal Supremo, de mayoría conservadora, tumbe en junio la sentencia “Roe versus Wade”, que desde 1973 protege el derecho constitucional al aborto en todo el país.
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Esta decisión fue condenada por la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, quien afirmó que se están vulnerando los derechos fundamentales de las mujeres.
“Ayer por la tarde, el gobernador de Oklahoma promulgó la ley más extremista para anular el derecho fundamental de las mujeres de tomar sus propias decisiones reproductivas. Estos derechos están cada vez más en peligro”
Portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
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Organizaciones de la sociedad civil calculan que al menos 26 de los 50 estados del país, gobernados por conservadores, prohibirán el aborto una vez el Supremo emita su fallo. EFE