La ciudad portuaria de Mariúpol, asediada por las tropas rusas, tiene víveres para aguantar tres días más, antes de que sus habitantes comiencen a pasar hambre, según dijo este miércoles un diputado ucraniano.
Dmitro Gurin, un parlamentario cuyos padres siguen en Mariúpol, describió en declaraciones a la BBC una situación humanitaria muy deteriorada en la ciudad, cuyo control es clave para cerrar el acceso marítimo de Ucrania al exterior.
Tras hablar con la oficina del alcalde de Mariúpol, Gurin señaló que los cadáveres se apilan en las calles y que las autoridades están haciendo fosas comunes ya que es imposible enterrar a los muertos por los bombardeos continuados.
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El diputado denunció que el Ejército ruso está “arrasando” la ciudad con sus misiles y alertó de que, a su juicio, “la Tercera Guerra Mundial ya ha comenzado”, por lo que los países occidentales no deberían dudar en decretar una zona de exclusión aérea en los cielos ucranianos.
“La única duda sobre cuándo se unirán (otros ejércitos) es cuántos ucranianos habrán muerto en una semana”, dijo Gurin, antes de recordar que “el Reino Unido ya tuvo que tomar esta decisión hace 80 años”, con su entrada en la II Guerra Mundial.
Pese a todo, Ucrania ha abierto este miércoles seis corredores humanitarios para la evacuación de civiles tras conseguir un alto el fuego con el Gobierno ruso en esas zonas, incluida la de Mariúpol y Zaporiye.