Foto: Archivo
Un expolicía de Miami Gardens, una ciudad aledaña a Miami, fue acusado este jueves de seis cargos en relación con un incidente ocurrido cuando aún vestía el uniforme, en el que detuvo a una mujer afroamericana poniéndole una rodilla en el cuello, lo mismo que le ocurrió a George Floyd.
Jordy Yanes Martel, de 30 años, fue acusado de mala conducta oficial y cuatro cargos de agresión y se encuentra detenido en el Turner Guilford Knight Correctional Center con una fianza de 6.000 dólares, según un comunicado del Departamento de Cumplimiento de la Ley de Florida.
Los hechos por los que Yanes Martel fue acusado hoy son anteriores a su expulsión de la fuerza, que tuvo lugar este mismo mes de junio por “conducta escandalosa”, y fueron investigados a solicitud de la oficina de la Fiscalía del estado de Florida en Miami, a cargo de Katherine Fernández-Rundle.
En enero pasado, el acusado trabajaba en un club nocturno como personal de seguridad fuera de sus horas de servicio como policía y el dueño le pidió que le advirtiera a una mujer afroamericana que debía abandonar el local después de que protagonizara un incidente.
Según la investigación, la mujer ya estaba saliendo en su vehículo del estacionamiento, cuando Yanes Martel “la sacó a la fuerza, la arrojó al suelo y le puso la rodilla en el cuello”.
Según el Departamento de Cumplimiento de la Ley de Florida, Yanes Martel “no tenía autoridad legal” para detener a la mujer, identificada como Safiya Satchell, de 33 años.
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Ayudado por otros dos agentes de seguridad, que tenían a la mujer inmovilizada por los brazos, Yanes Martel le disparó dos veces con una pistola eléctrica en el estómago, según la acusación.
La defensa del expolicía facilitó a canales de televisión local la versión de los hechos del acusado, en la que no se menciona la inmovilización con la rodilla y se dice que usó una técnica con las piernas para hacerla caer al suelo.
La muerte a finales de mayo del afroamericano George Floyd después de que un policía blanco le pusiera una rodilla sobre el cuello y la mantuviera durante más de ocho minutos a pesar de que le decía que no podía respirar ha desatado un movimiento de repulsa al racismo y la violencia policial como nunca antes se había visto en EEUU. Efe