Un trapo rojo, el SOS de los más pobres en Soacha

Soacha

Foto:EFE

En muchas ventanas de las casas de Soacha, municipio aledaño a Bogotá, hay colgados trapos rojos que indican que en esa vivienda hay gente que necesita comida urgente y no tiene como conseguirla por la cuarentena del coronavirus, por lo que apelan a la buena voluntad de los demás.

Ese fenómeno es más visible en la Comuna 4 de Cazucá, levantada sobre una montaña, con calles mayoritariamente sin asfalto, donde casi todas las casas tienen un trapo rojo colgando porque quienes las habitan no tienen medios para abastecerse durante la cuarentena que comenzó el pasado 25 de marzo y debe concluir el 13 de abril.

El alcalde de Soacha, Juan Carlos Saldarriaga, explica que la mayoría de habitantes de esta barriada “viven del trabajo diario, del rebusque, de ser vendedores ambulantes”, y también hay mujeres que trabajan haciendo el aseo en empresas o viviendas de Bogotá.

“Hoy, por el aislamiento, no pueden salir a hacer (los trabajos) con lo que se rebuscan diariamente”, dice el alcalde, y precisa que, a diferencia de otras zonas de Soacha, que según datos no oficiales tiene más de un millón de habitantes, los pobladores de Cazucá deben apelar a la solidaridad externa y no a la de los vecinos, igual de pobres todos.

Saldarriaga cree que “podría morir más gente de hambre que del propio coronavirus” en Soacha, uno de los municipios con densidad poblacional más alta de América Latina, con 290 personas por kilómetro cuadrado, y con el 36 % de su población en pobreza extrema.

La iniciativa del trapo rojo, explica el alcalde, comenzó la semana pasada luego de que le dijera a la comunidad “que aquellos que tuvieran una necesidad de hambre” se lo hicieran saber poniendo la prenda para poder hacerles llegar un mercado sin necesidad de salir a la calle.

“Lo que esto nos ha permitido hoy es que no haya aglomeraciones, sino que le gente esté tranquila en su casa, esperando a que lleguemos con ese mercado y eso yo quiero agradecérselos porque vamos a poder repartir más de 200.000 mercados”, dice.

Esto contrasta con las imágenes vistas en Soacha en el primer día de la cuarentena, en el que había estaciones y autobuses repletos de gente que alegaba que sus empleos están entre las 34 actividades exentas dentro del decreto de aislamiento. EFE