Tres goles del delantero del Lille Burak Yilmaz le dieron la victoria a Turquía frente a una selección de Países Bajos que, a pesar de controlar la posesión y tirar más a puerta, dejó demasiados espacios en defensa y acusó la baja de última hora del portero valencianista Jasper Cillessen.
La definición del capitán Yilmaz, de 35 años, fue la clave del partido que enfrentó a las dos selecciones favoritas del grupo G de la fase de grupos para Catar 2022. Turquía apostó por aguantar atrás e intentarlo al contraataque, una estrategia que le valió para llegar al minuto 75 con un 3-0 a favor.
Turquía golpeó primero en el minuto 15, después de que Países Bajos reclamase un penalti por manos de Salman tras un saque de esquina. El árbitro no lo vio y el VAR no está presente en la fase de grupos del Mundial, así que la jugada continuó y los locales se lanzaron al contraataque. Yilmaz se quedó solo y armó un disparo lejano con el exterior de la zurda que golpeó en la mano Matthijs de Ligt, desviando la trayectoria lo suficiente para sorprender a Krul.
Un contraataque de tres contra tres atizó de nuevo los cimientos de la “Naranja mecánica”, cuando Mallen se lanzó a las piernas de Yokuslu y el árbitro señaló penalti. Yilmaz disparó desde los once metros por la izquierda, Krul hizo la estatua y el segundo de Turquía subió al marcador.
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A la vuelta del túnel de vestuarios, otro inesperado golpe puso de rodillas a los hombres de Frank de Boer. Hakan Calhanoglu recibió de espaldas, la defensa neerlandesa le dejó espacio y el centrocampista del AC Milán chutó con la derecha. Un disparo bien colocado, pero sin excesiva potencia al que Krul, de forma inexplicable, no alcanzó a despejar.
Los visitantes marcaron dos goles en menos de tres minutos, ambos con la asistencia de Memphis Depay. El primero fue una obra maestra de Klaassen, que en un espacio de dos metros cuadrados controlo de espaldas, se dio la vuelta y disparó al fondo de la red rodeado de tres defensas turcos.
En el segundo, el sevillista Luuk de Jong rozó con la cabeza el centro de Depay, el esférico chocó en el cuerpo del portero Cakir y, llorando, se introdujo en la portería local.
La remontada parecía posible, pues aún restaban trece minutos para el final del partido y los neerlandeses se lanzaron con todo al ataque. Yilmaz, hombre y señor del partido, no lo permitió. EFE