Los presidentes de EE.UU., Donald Trump, y de China, Xi Jinping, iniciaron con un cauto optimismo una cena de trabajo en Buenos Aires que puede ser clave para frenar la guerra comercial en la que están inmersas ambas potencias, y que afecta a la economía global.
“Nuestra relación es muy especial, y creo que esa es una razón por la que acabaremos consiguiendo algo que será bueno para China y bueno para EE.UU.”, dijo Trump a los periodistas al comienzo de la cena.
Xi, sentado frente a Trump y flanqueado por una decena de sus asesores en una larga mesa rectangular, destacó su “amistad personal” con el presidente estadounidense y le pidió colaborar con él para garantizar la salud de la economía global.
“Solo con cooperación entre nosotros podemos impulsar el interés de la paz mundial y la prosperidad”, aseguró Xi en sus breves declaraciones.
El mandatario estadounidense destacó que la reunión de hoy es “muy importante”, y destacó también su “increíble relación” personal con Xi.
Trump dedicó buena parte de sus comentarios iniciales a hablar sobre el fallecimiento del ex presidente estadounidense George H. W. Bush (1989-1993), y no quiso contestar a las preguntas de los periodistas al comienzo de la reunión.
A Trump le acompañaron los secretarios de Estado, Mike Pompeo, y del Tesoro, Steven Mnuchin; el representante de Comercio Exterior, Robert Lighthizer; el yerno del presidente, Jared Kushner; su asesor de seguridad nacional, John Bolton; y sus asesores comercial y económico, Peter Navarro y Larry Kudlow, respectivamente.
En la delegación china estaban el jefe de gabinete de Xi, Ding Xuexiang; el viceprimer ministro de finanzas chino, Liu He; el consejero de Estado, Yang Jiechi; el ministro de Exteriores, Wang Yi; el titular de Comercio, Zhong Shan; y el presidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, He Lifeng, entre otros.Efe