Trump defiende su derecho a vetar periodistas mientras CNN recaba apoyos

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El Gobierno estadounidense defendió este miércoles su “amplio poder” para decidir qué periodistas acceden a la Casa Blanca, mientras los principales medios de comunicación del país cerraban filas en torno a CNN en su demanda por la retirada de la acreditación al corresponsal estrella de la cadena, Jim Acosta.

Trump no quiso hacer pronósticos sobre el desenlace del litigio, pero puso en duda que “la libertad de prensa sea que alguien entre y empiece a gritar preguntas y se niegue a sentarse”, en relación con el tenso intercambio que tuvo con Acosta en una rueda de prensa la semana pasada.

“La gente como Acosta es mala para nuestro país. No es más que un tipo mediocre, que es un fanfarrón, y que tiene el coraje de ponerse de pie y gritar”, afirmó Trump en una entrevista publicada hoy por el medio conservador The Daily Caller.

La cadena CNN exigió en su demanda que se devuelva la acreditación a Acosta, y alegó que su revocación viola sus derechos constitucionales recogidos en la Primera Enmienda, que garantiza la libertad de prensa, y en la Quinta, relativa al debido proceso.

“Ningún periodista tiene un derecho garantizado por la Primera Enmienda a entrar en la Casa Blanca”, indicaron los abogados del Departamento de Justicia de EE.UU. en su escrito.

“El presidente y la Casa Blanca poseen el mismo amplio poder de discreción para regular el acceso a la Casa Blanca de periodistas (y otros miembros del público) que poseen para seleccionar qué periodistas reciben entrevistas, o a qué periodistas se les da la voz en conferencias de prensa”, sostuvieron.

Horas después, en la primera audiencia sobre el caso, uno de los abogados del Gobierno, James Burnham, insistió en que si Trump quisiera expulsar a todos los periodistas del perímetro de la Casa Blanca “claramente tendría el poder de hacerlo”.

Varios expertos legales han pronosticado que el juez dará la razón a CNN, basándose en el precedente establecido en 1977, cuando los tribunales dieron la razón a un periodista, Robert Sherrill, al que el Gobierno del presidente Lyndon Johnson (1963-1969) había negado una acreditación de prensa.Efe