Foto: EFE
El pasado 13 de septiembre una periodista se encontraba realizando un registro fotográfico sobre las consecuencias de la pandemia en el barrio la Macarena, durante su trabajo, observo dos escudos de la Policía que se encontraban recostados contra una pared y decidio tomarles una foto.
Según informó la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), después de realizar la fotografía, la periodista fue abordada por tres policías que la intimidaron y le reclamaron por las fotografías, además, la acusaron de haber cometido un delito. A pesar de que la periodista aseguró que solo estaba haciendo un ejercicio de fotoperiodismo los miembros de la Policía la hicieron ingresar a las estación de La Macarena.
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Dentro de la estación, una mujer policía llevó a la periodista al baño y le exigió que se desnudara completamente y se pusiera en posición de cuclillas, argumentando que era un procedimiento de requisa, siendo esto en realidad una invasiva sin justificación real, constitutivo de violencia sexual.
“Yo estaba temblando, llorando, con rabia y miedo, tanto que no podía ni vestirme bien. La agente me miraba intimidante, como si disfrutara lo que estaba pasando”, le dijo la periodista al portal Cerosetenta.
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La justificación de los miembros de la policía por este hecho, fue que debían descartar que la reportera fuera guerrillera o terrorista porque el registro fotográfico de sus implementos de dotación era un delito.
La periodista ya radicó una denuncia penal ante la Fiscalía contra los policías por tortura, tratos denigrantes y violencia sexual.