Secuelas y memorias del hecho que marcó al mundo: 30 años de la caída del Muro de Berlín

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Foto: EFE

Con 3,6 metros de altura y 155 kilómetros de perímetro se conoció al símbolo tangible de la división territorial, cultural y social de Alemania, el efemérides más lúcido para miles de germanos llega a sus 30 años, recuerdo de la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989, una división física que separó durante 28 años a la República Democrática Alemana (RDA) de la República Federal de Alemania (RFA).

Una de las secuelas de la Segunda Guerra Mundial en el país teutón, además de separar territorialmente a una Nación, generó inestabilidad en aspectos de bienestar económico y libertad política después de que Erich Honnecker (presidente alemán 1976-1989) planificó y levantó el muro.

Muchos dirigentes políticos que aprobaron la estabilidad del muro que dividió la capital de Alemania, aseguraron con certeza que la muralla iba a estar allí por lo menos 50 años más; una situación que ciudadanos de uno y otro lado del muro decidieron no soportar y fueron quienes en la noche del 9/11/89 tumbaron el “titán” que los separó por casi 3 décadas.

En la conmemoración del tercer aniversario de la caída de esta edificación, se considera que muchos alemanes aún creen que la cicatriz que dejó la herida del muro en la sociedad germana, por más de que ya no es tangible, sigue teniendo consecuencias sociales y económicas entre las dos naciones que creo este muro.