Se cumplen tres décadas del atentado en contra del edificio del DAS

Atentado-DAS

Foto: Archivo Referencial

El 6 de diciembre de 1989, a las 7:32 de la mañana, un gran estruendo en la carrera 27 con calle 17 perturbó la tranquilidad en la capital colombiana; 500 kilos de dinamita que iban transportados en un vehículo del acueducto destruyeron el edificio del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) y con él la vida de decenas de personas de las que aún ni siquiera se tiene una cifra exacta; dicho atentado habría sido perpetrado por el cartel de Medellín, liderado entonces por el narcotraficante Pablo Escobar.

El propósito del atentado supuestamente era dar de baja al entonces candidato César Gaviria, junto con el director del DAS Miguel Alfredo Maza Márquez, ambos salieron ilesos de este incidente, pero esta situación ratificó que este delincuente pudo atormentar a un país entero y sembrar el miedo en todos sus habitantes, siendo el autor intelectual de otros atentados como el del avión de Avianca, el del periódico El Espectador y el asesinato al candidato presidencial, Luis Carlos Galán, todo esto en el mismo año.

Tres décadas después quedan muchos cabos sueltos en el atentado, ya que exmiembros del cartel de Medellín revelaron que el siniestro se realizaría con una avioneta que chocaría contra el piso 9 de la edificación, lugar donde se encontraba el director Maza, pero no hubo voluntarios que supieran pilotear una aeronave, dispuestos a sacrificarse por una gran suma de dinero; pero sí uno que condujera el vehículo que perpetró el atentado, personaje del que todavía se desconoce la identidad.

Por este crimen solo hubo dos condenados, Guillermo Alfonso López Hincapié quien pagó 8 años de cárcel y Eduardo Tribín Cárdenas quien recibió 9, las reducidas penas fueron producto de presuntos favores políticos y sometimiento a la justicia; mientras que las familias de los fallecidos recibieron pequeños cofres, con lo que se suponía eran los restos de sus familiares, imaginan que tan fuerte fue el impacto.

Sobrevivientes del atentado aseguran que la onda expansiva de la bomba fue tan fuerte, que hizo que varias partes del vehículo terminaran en los segundos pisos de las viviendas aledañas al sector de Paloquemao, además de generar un inmenso cráter en el suelo y las decenas de víctimas civiles de las que ya todos conocemos.