El Presidente de la República, Juan Manuel Santos, afirmó este jueves que el país necesita una profunda reforma la justicia, pero advirtió que deber ser producto de un gran acuerdo nacional.
“El país la necesita. El país la reclama. Pero no debe convertirse en un factor más de división, ni de polarización”, expresó el Jefe del Estado en el XII Encuentro de la Jurisdicción Constitucional, celebrado en la capital del departamento de Nariño en el marco de los 25 años de la esa rama del Poder Judicial.
“A estas alturas, para que una reforma de este tipo salga adelante se requiere un amplio consenso en el fondo y en la forma”, dijo el Jefe del Estado, pero agregó que “no se hará nada sin que esto tenga un amplio apoyo de todos los sectores no solo políticos sino de la sociedad”.
“Esto es una tarea de todos, y para que la reforma sea posible debe ser producto de un gran acuerdo nacional. Un acuerdo incluyente, que convoque a la Rama Judicial; la Fiscalía General; la Procuraduría; los partidos políticos; la sociedad civil; la academia; las facultades de Derecho; y a la comunidad en general”, precisó.
Tras recordar que “una democracia solo funciona adecuadamente si sus instituciones funcionan adecuadamente”, comentó que “los escándalos de corrupción tienden a lesionar la confianza de los ciudadanos en sus instituciones”.
Esto –continuó– “en muchos países se ha convertido en caldo de cultivo para debilitar la democracia y darle espacio a los extremismos de izquierda o de derecha”.
Consideró que ante este tipo de situaciones se debe “obrar con tranquilidad, con cabeza fría, pero con total contundencia para no permitir que se socave la confianza en las instituciones. Obrar con mano de hierro y guante de seda”.
“Se debe corregir lo que haya que corregir y castigar a quien haya que castigar, teniendo siempre algo muy claro: las instituciones no delinquen. Quienes delinquen son las personas”, agregó.
Recordó al político británico Benjamin Disraeli, quien decía que “no había que legislar con la cabeza caliente” y añadió que “como las democracias son imperfectas por naturaleza, requieren un ejercicio de mejoramiento continuo”.
“Por eso se debe reflexionar con cabeza fría sobre las reformas que realmente se necesitan para que no se repitan hechos como los recientes”, dijo.
