En el mundo, 1 de cada 10 personas, se ven afectadas por la Enfermedad Renal Crónica, según la Organización Panamericana de la Salud.
El 10% de la población a nivel mundial, es decir, 1 de cada 10 personas, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), tiene alteraciones irreversibles en su función renal, lo que se conoce como Enfermedad Renal Crónica (ERC) que, como lo estima la organización internacional sin ánimo de lucro World Kidney Day, continúa en aumento año tras año y será la quinta causa de muerte en el 2040[1].
Al respecto, Colombia refleja esa tendencia en el incremento de pacientes con ERC. El más reciente informe sobre la situación de la enfermedad, publicado por la Cuenta de Alto Costo (CAC), da a conocer que, para el 2021, en el país había 889 mil personas diagnosticadas con esta patología, de los cuales 154 mil corresponden a casos nuevos, casi 40 mil más en comparación con el 2020. Para el mismo año, se presentaron 37.751 muertes por todas las causas para personas con ERC, lo que representa un aumento del 74 %, con relación al periodo previo.
“Los datos nos muestran que la incidencia para la insuficiencia renal es cada vez mayor; por eso, frente a los distintos factores que la desencadenan, lo recomendable es mantener hábitos de vida saludables, alcanzar una detección temprana, así como también el control de enfermedades precursoras, entre otras recomendaciones para evitar el deterioro progresivo de los riñones”, aseguró Angélica María García, Gerente médico de vacunas de Sanofi, para la región Andina, Centroamérica y El Caribe.
Priorizar vacunas en pacientes con compromiso renal: Los riñones son los encargados de filtrar los desechos de la sangre, que luego son expulsados en la orina. Cuando su función se deteriora, en una etapa avanzada, dichas sustancias que no son útiles para el organismo pueden acumularse, generando procesos que alteran las funciones de otros órganos y sistemas.
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El daño renal suele avanzar lentamente y puede manifestarse por medio de náuseas, vómitos, pérdida de apetito, fatiga y debilidad, problemas de sueño, cambios en la producción de orina, espasmos musculares, entre otros signos y síntomas asociados a otras enfermedades que aumentan el riesgo de ERC como la diabetes, la presión arterial alta, problemas cardiovasculares, tabaquismo y obesidad.
“Hay tratamientos que contribuyen a reducir las complicaciones graves y retrasar la progresión de esta patología. Sin embargo, adicional a la respuesta terapéutica, hay que prevenir la aparición de procesos infecciosos que, como se ha demostrado en algunos estudios y en la práctica clínica, son considerados la segunda causa principal de hospitalización”, añadió García.
Precisamente, el 21 de diciembre de 2022 se publicó en la revista colombiana de nefrología el Consenso colombiano sobre vacunación en pacientes con ERC, que incluye los aportes y recomendaciones de expertos de 45 instituciones académicas y del sector salud de Colombia y España, y, quienes coinciden, entre varios temas, en que la inmunización es una de las principales estrategias para mitigar el riesgo de infecciones en pacientes con compromiso renal.
En ese sentido, los nefrólogos e infectólogos que participaron en dicho consenso, consideran que es necesario que los pacientes con enfermedad renal estén protegidos por medio de la vacunación, teniendo en cuenta que tienen afectada la función inmunológica, debido al uso de medicamentos inmunosupresores y por el progreso mismo de la patología.
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Por lo tanto, de acuerdo con Angélica María García, Gerente médico de vacunas de Sanofi, “lo recomendable es que las prácticas de vacunación se den en los estadios tempranos de la enfermedad. En cualquiera de los casos, se ha demostrado que la inmunización es una medida efectiva, sin distinción de edad, en la prevención de patologías en personas con falla renal, dando prioridad sobre todo a la vacunación contra la influenza”.
Con respecto a los esquemas recomendados, teniendo en cuenta lo planteado por el Consenso colombiano sobre vacunación en pacientes con ERC, en el caso de la influenza se sugiere la administración anual de la vacuna para todos los pacientes, independiente de la progresión que tengan de la patología.
Hay una fuerte recomendación respecto a la vacunación contra difteria, tétano y tosferina, administrada a todos los niños hasta los 5 años, con el esquema habitual sugerido por el plan ampliado de inmunizaciones: una dosis a los 2, 4 y 6 meses de edad, con refuerzo a los 18 meses y 5 años, respectivamente; así como también un refuerzo, cada 10 años, sobre todo en el caso de los adultos con enfermedad renal crónica candidatos a trasplante renal.
Para prevenir la meningitis por meningococo, los expertos coinciden en que los adultos con ERC, y en especial aquellos bajo terapia de reemplazo renal, deberían recibir la vacuna bajo el esquema de dos dosis. Así mismo, si hay persistencia de factores de riesgo, puede aplicarse cada 5 años2