El presidente ruso, Vladímir Putin, prometió hoy que el Estado mantendrá las ayudas para fortalecer a la industria aeroespacial del país, al inaugurar el XIII Salón Internacional de Aviación y del Espacio (MAKS, por sus siglas en ruso).
“Mantenemos posiciones fuertes en la construcción aeronáutica y aeroespacial. Seguiremos potenciando estas esferas en adelante. En los últimos años, el complejo aeroespacial ha recibido un importante apoyo del Estado y se están ejecutando proyectos para crear nuevos aparatos competitivos para la aviación civil”, dijo Putin.
Recordó, en este sentido, el desarrollo del helicóptero de doble uso Ka-62 y del avión de pasajeros de medio alcance Ms-21, ambos en fase de ensayos.
La aviación y la conquista del espacio “son parte de la cultura común” de los rusos, motivo para el orgullo nacional, subrayó el jefe del Kremlin.
Putin espera que la presencia de una treintena de países en la feria aeroespacial que se celebra en la ciudad de Zhukovski, en las afueras de Moscú, “contribuya a la cooperación industrial y a la promoción de los productos rusos en los mercados” exteriores.
Más de 700 empresas de más de una treintena de Estados -con la presencia predominante del país anfitrión, representado por más de 500 compañías- se dan cita en MAKS 2017, un salón que se celebra cada dos años y que sirve a Rusia para presentar al mundo sus principales innovaciones en el sector aeroespacial.
Uno de los principales atractivos de esta edición será la exhibición del caza ruso de última generación MiG-35, cuyo prototipo volará por primera vez estos días en Zhukovski.
El nuevo aparato de la legendaria casa MiG, que heredó la composición aerodinámica del MiG-29 -uno de los cazas más populares de cuarta generación- cuenta con tecnología que lo hace indetectable para los radares y puede portar hasta siete toneladas de diversos tipos de proyectiles.
Su radar de a bordo es capaz de detectar y seguir hasta 30 objetivos a una distancia máxima de 160 kilómetros.