La destitución del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se convirtió en la principal bandera de las protestas realizadas este domingo en diversas ciudades del país, tan solo cinco días después de las masiva movilización de tintes antidemocráticos encabezada por el líder de la ultraderecha.
La marcha celebrada hoy fue convocada por los movimientos de centro y derecha que en 2016 movilizaron a millones de personas en todo Brasil para presionar por la apertura de un juicio político con miras a la destitución de la entonces presidenta Dilma Rousseff, del progresista Partido de los Trabajadores (PT).
Recomendamos leer: Primer grupo de policías retoma su puesto en el aeropuerto bajo los talibanes
Cinco años después, los promotores de la protesta -el Movimiento Brasil Libre (MBL) y Vem Pra Rua- piden ahora la apertura de un “impeachment” contra Bolsonaro, quien en los últimos meses ha alentado una crisis institucional.
Esa decisión corresponde al presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, pero hasta el momento el político no ha dado luz verde a ninguno de las decenas de pedidos que han sido enviados al Congreso.
No obstante, la presión contra el jefe de Estado aumentó esta semana después de encabezar el pasado 7 de septiembre las manifestaciones convocadas por la ultraderecha y en las que muchos de sus seguidores exigieron una “intervención militar” y la “disolución” del Congreso y la Corte Suprema.
Recomendamos leer: Portugal elimina la mascarilla en la calle pero no en las aulas
El propio Bolsonaro instó a desobedecer las decisiones de algunos miembros del máximo tribunal en aras de una supuesta “libertad”, una declaración que fue duramente condenada por el poder Legislativo y Judicial e impulsaron la movilización en las calles contra el mandatario.
Las protestas de este domingo, sin embargo, tuvieron menos adhesión que las convocadas por la ultraderecha, debido, en parte, a la división de la oposición. EFE