La Procuraduría General pidió a las autoridades de la isla caribeña de San Andrés, uno de los principales destinos turísticos del país, declarar la emergencia sanitaria y ambiental por la “grave crisis en materia de salud que enfrenta”.
El Ministerio Público aseguró en un comunicado que el hospital Clarence Lynd Newball Memorial cuenta con un “deficiente tratamiento, almacenamiento, transporte y disposición final de residuos peligrosos”.
Detalló que estos están “acumulados en la parte posterior del edificio, a la intemperie” y sin ninguna protección, con lo que se violan “los principios de bioseguridad, gestión integral, precaución, prevención y comunicación del riesgo”.
En ese sentido, explicó que le preocupa que los habitantes y visitantes de la isla estén en riesgo de enfrentar “epidemias y pandemias” por la exposición a los residuos que “se generan de la prestación de los servicios de salud y actividades complementarias”.
Asimismo, consideró que el mal tratamiento de los residuos hospitalarios puede provocar “graves daños ambientales a los ecosistemas y áreas protegidas de sensible afectación ecológica”.
Manifestó además que hay un deficiente “aislamiento” entre los pacientes de la clínica, situación que considera que incrementa el riesgo de infección entre ellos.
La entidad agregó que a este problema se suman “las condiciones de la planta de gases medicinales que carece de un sistema de control de temperatura, pese al riesgo que representa por su carácter inflamable”, informa Efe.
El pasado 20 de abril, la Procuraduría abrió una investigación y suspendió provisionalmente por tres meses al gobernador de San Andrés, Ronald Housni Jaller, por presuntas irregularidades en “la celebración de contratos para la operación del servicio de salud y entrega de medicamentos al Hospital Clarence Lynd Newvald”.
