Los poblados venezolanos de San Antonio y Ureña, fronterizos con Colombia, no recuperaron la normalidad tras intensos disturbios ocurridos ayer en medio de protestas antigubernamentales que tuvieron hoy réplicas de menor intensidad.
Un centenar de manifestantes volvieron a enfrentarse con miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) en las inmediaciones del puente Francisco de Paula Santander que conecta al venezolano estado de Táchira con el colombiano Norte de Santander.
Mientras que en la mañana portavoces médicos de Ureña aseguraron que sólo en esa localidad la cifra de heridos superó ayer el centenar, una fuente del gobierno regional indicó a Efe que son cerca de 200 los lesionados tras los disturbios en las zonas fronterizas.
Se prevé que la gobernadora Laidy Gómez, ofrezca un balance sobre la violencia desatada en la región que hasta ahora, según la misma fuente, no ha dejado víctimas mortales.
Mientras tanto en Ureña el servicio eléctrico fue cortado desde las 15.00 GMT y para las 22.00 GMT no había sido restablecido. Varios lugareños dijeron a Efe que esto es una suerte de castigo del Gobierno a la protesta pero en la zona hay dos tendidos eléctricos que terminaron rotos ayer en medio de los disturbios.
La presencia militar en los dos municipios fue menor que ayer, al punto que un par de pasos ilegales hacia Colombia, usadas diariamente como trochas para el cruce de contrabando, amanecieron sin custodia policial por lo que algunos se atrevieron a usar esos caminos para ir a un lado u otro pues quedaron atrapados tras el intempestivo anuncio de cierre de los puentes.
Las vías también estuvieron despejadas aunque con algunos puntos de control en los que militares revisan algunos vehículos.Efe
