La candidatura de Gustavo Petro hace soñar a la izquierda colombiana con la posibilidad de ganar por primera vez la Presidencia, aspiración que ha encontrado la oposición de parte de la sociedad que no ve con buenos ojos su pasado guerrillero.
Polémico, de verbo suelto y discurso encendido, Petro lidera el movimiento Colombia Humana y su escenario preferido son las plazas públicas que suele llenar de seguidores y en las que se presenta como sucesor del ideario de políticos del siglo XX que fueron asesinados, como Jorge Eliécer Gaitán, Luis Carlos Galán o Carlos Pizarro.
Se dio a conocer como político en el Senado donde alcanzó una gran popularidad por sus denuncias contra la corrupción, pero fue como alcalde de Bogotá donde proyectó su candidatura con una gestión no exenta de polémicas.
En esta campaña denunció un supuesto atentado a tiros en la ciudad de Cúcuta que, según las autoridades, fue un ataque con piedras, y advirtió de que el Gobierno “cocina” un fraude para frenarlo porque está en segundo lugar en las encuestas de intención de voto y con posibilidades de pasar a una segunda vuelta.
Petro nació en Ciénaga de Oro, en el caribeño departamento de Córdoba, el 19 de abril de 1960, exactamente diez años antes de la creación de la guerrilla Movimiento 19 de Abril (M-19), que marcaría su vida y trayectoria política.
A los 17 años se vinculó al M-19 donde adoptó el alias de “Aureliano”, por el personaje del coronel Aureliano Buendía de la novela de Gabriel García Márquez “Cien años de soledad”.
Por su militancia guerrillera estuvo encarcelado dos años y se integró de lleno a la vida política tras la desmovilización del M-19 gracias al acuerdo de paz firmado en 1990 con el Gobierno de Virgilio Barco.
Eso no le impidió concluir sus estudios de Economía en la Universidad Externado de Colombia, en Bogotá, que complementó con otros de Medio Ambiente y Desarrollo Poblacional en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica).
De regreso a la legalidad escaló posiciones en la política hasta llegar a la Cámara de Representantes en dos periodos (1991-1994 y 1998-2006) y senador (2006-2010).
También fue primer secretario de la embajada de Colombia en Bélgica, entre 1994 y 1996, periodo en que se vio obligado a salir del país por las amenazas de muerte en su contra en una época en que arreciaba la persecución a líderes de izquierda.
En el Senado protagonizó candentes debates sobre corrupción en diversas áreas del Gobierno y denunció el nexo entre políticos y miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Sus denuncias aumentaron en el segundo gobierno del presidente Álvaro Uribe (2006-2010), del que es acérrimo crítico y opositor.
Igualmente denunció los “falsos positivos”, las ejecuciones extrajudiciales de civiles por parte de militares que los hicieron pasar por guerrilleros muertos en combate, y puso al descubierto las escuchas ilegales a magistrados, periodistas, defensores de derechos humanos y opositores hechas por el desaparecido Departamento Administrativo de Seguridad (DAS).
El actual es su segundo intento de llegar a la Presidencia puesto que en 2010 se postuló por el Polo Democrático Alternativo (PDA) y obtuvo 1,3 millones de votos en los comicios que ganó Juan Manuel Santos.
Después de ese fracaso se escindió del Polo y fundó el Movimiento Progresistas, con el que ganó la Alcaldía de Bogotá para el periodo 2012-2015, una gestión fuertemente criticada por su politización y que, según sus críticos, dejó a Bogotá sumida en un caos.
Sin embargo, hay quienes consideran que avanzó en lo social, en seguridad ciudadana y citan como ejemplo el suministro gratis de agua para los estratos más bajos, programas para tratar la drogadicción y protección a los animales, entre otros.
En esta campaña presidencial se le ha criticado su amistad con el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez.
Su esposa es Verónica Alcocer, con quien tiene tres hijos que han hecho apariciones en actos de campaña y tres más de relaciones anteriores.