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El Papa Francisco, en su primera aparición pública tras la explosiva publicación de la mala gestión por parte del Vaticano en el caso del excardenal estadounidense Theodore McCarrick, se comprometió de nuevo el miércoles a poner fin a los abusos sexuales en la Iglesia.
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“Ayer se publicó el informe sobre el doloroso caso del excardenal Theodore McCarrick. Renuevo mi cercanía a las víctimas de todos los abusos y el compromiso de la Iglesia de arrancar este mal”, dijo Francisco en su audiencia general semanal.
Después, el papa cerró los ojos y rezó en silencio.
El informe, de 450 páginas, sostiene que el difunto papa Juan Pablo II ascendió a McCarrick en el año 2000 a pesar de los rumores de su mala conducta sexual, uno de los muchos errores por parte de los papas y de otros altos cargos que le permitieron ascender en sus filas a pesar de las repetidas acusaciones en su contra.
El informe también dice que en 2008 el expontífice Benedicto XVI anuló las peticiones de asesores de alto rango de que McCarrick se sometiera a una investigación de la Iglesia “para determinar la verdad y, si se justifica, imponer una ‘medida ejemplar’”. En cambio, se le dio una advertencia verbal y se le pidió que mantuviera un perfil bajo.
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Las palabras de Francisco también se produjeron después de una investigación independiente realizada en Londres y hecha pública el martes, en la que se afirmaba que la Iglesia Católica Romana en Reino Unido había traicionado su propósito moral durante décadas al proteger a quienes abusaban sexualmente de niños en lugar de cuidar de sus víctimas.
La semana pasada, en Polonia, el Vaticano castigó a un anciano cardenal acusado de abusar sexualmente de un menor, el último de varios religiosos que se han visto envueltos en este tipo de escándalos en la patria del difunto papa Juan Pablo II.