Papá Noel o Reyes Magos ¿Qué hay detrás de iconos y ritos navideños?

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Foto: Archivo Referencial

¿Desde cuándo los Reyes Magos son tres, Baltasar es negro, Papá Noel viste de rojo y la mula y el buey acompañan el nacimiento de Jesús? Son muchas las tradiciones navideñas que todos conocemos, celebramos y repetimos cada año, pero… ¿siempre han sido así?

En estas fiestas se cruzan la Historia y la leyenda, la religión y el paganismo… Si a todo esto se le suma que no hay muchos testimonios escritos sobre tradiciones tan arraigadas como antiguas, el resultado es que, cuando se empieza a rastrear su origen, abundan las contradicciones y los símbolos sin base histórica:

Papá Noel es una de las figuras más famosas de la Navidad, pero lo que muchos no saben es que no siempre tuvo el aspecto de un anciano bonachón vestido de rojo. Los más escépticos con estas fechas culpan a Coca-Cola y creen que su vestimenta surgió de un invento publicitario de la marca. Pero, ¿cuál es su verdadera historia?

Sus orígenes se remontan al siglo IV, con San Nicolás de Bari. Este santo fue obispo de Mira, en la actual Turquía, y la tradición cuenta que defendió la reputación de tres doncellas, a las que concedió dotes para que pudieran contraer matrimonio: durante la noche, arrojó tres bolsitas con monedas de oro en el interior de su casa. También se dice que devolvió la vida a tres niños, a quienes un malvado carnicero había asesinado y puesto en salazón. Así, se convirtió en protector de la infancia y, en su celebración, se comenzó a dar regalos a los niños.

Todos conocemos la historia de tres reyes magos y sabios, procedentes de Europa, Asia y África, que viajaron desde Oriente hasta Belén, siguiendo una estrella y portando tres obsequios para adorar a un recién nacido niño Jesús. Pero, en realidad, los Reyes Magos son unos de los personajes más enigmáticos de la Navidad por la falta de evidencias documentales sobre ellos; en cuanto a sus nombres, no aparecen hasta el siglo VII y con la denominación de “Bithisarea, Melichior y Guthaspa”.

Entonces, “¿cómo pasaron de magos a reyes? ¿Magos de qué? ¿Reyes por qué y de dónde?”, enfatiza Rodríguez; en esa misma época, uno de los padres de la Iglesia, Orígenes, fue el primero en establecer que, si eran tres los presentes, deberían ser tres también los reyes. Hasta entonces, se había especulado con el número: “Desde dos o cuatro, como aparecen representados en las catacumbas romanas, hasta seis, doce como los apóstoles, o sesenta como decía la Iglesia copta”, afirma Rodríguez.

Otra de las falsas creencias sobre la Navidad es asumir que el nacimiento de Jesús ocurrió exactamente el 25 de diciembre del año cero; el Evangelio no cita ningún día. Y tampoco pudo nacer en el año cero porque Herodes murió cuatro años antes. El profesor Labarga destaca que, al ser preciso contar con una fecha concreta para poder celebrar el acontecimiento, se asignó el 25 de diciembre con criterios simbólicos. Posiblemente porque era la fiesta pagana “del nacimiento del Sol invicto” y así se festejaba “la victoria de la luz sobre la oscuridad”.

Además, es resultado de contar los nueve meses de gestación a partir del 25 de marzo -actual fiesta de la Anunciación-, en torno al equinoccio de primavera. El caso es que, hacia el siglo V, la fiesta del 25 de diciembre quedó “plenamente consolidada en toda la Iglesia Occidental, si bien en el Oriente todavía siguió celebrándose el 6 de enero por algún tiempo”.

En un principio, diversos teólogos intentaron encontrar una respuesta: “Basándose en textos de los Evangelios, propusieron datar el nacimiento en fechas tan distintas como el 6 y 10 de enero, el 25 de marzo, el 15 y 20 de abril, el 20 de mayo y algunas otras. El sabio Clemente de Alejandría postuló el día 25 de mayo”. EFE