El pasado martes 19 de abril, y en horas de la tarde, se llevó acabo se llevó acabo la versión de Dario Antonio Úsuga alias ‘Otoniel’ ante la Sala de Reconocimiento de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), para hablar sobre los falsos positivos que se habrían registrado especialmente en el departamento del Meta, oriente del país.
A lo largo de su declaración, la JEP pudo establecer que ‘Otoniel’ salpicó a varios oficiales del Ejército Nacional de tener participación y conocimiento en la masacre de Mapiripán (Meta), la cual se llevó acabo en julio de 1997 donde fue realizada por grupos paramilitares.
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Asimismo, a lo largo de la declaración, el cabecilla del Clan del Golfo explicó en detalle que especialmente el excomandante del Ejército Nacional, general (r) Mario Montoya Uribe, tenía conocimiento sobre la práctica de las ejecuciones extrajudiciales o también ‘falsos positivos’, es decir la presentación de personas ajenas al combate como integrantes de grupos subversivos que habían sido abatidas en combate.
Según Otoniel, una vez finalizó esta ejecución, el Ejército transportó en un segundo avión las armas que utilizaron para torturar y asesinar en el matadero principal a los habitantes que acusaron a los guerrilleros de las Farc. Es aquí cuando se desata un conflicto interno entre las Autodefensas Campesinas del Casanare (AUC) con el Bloque Centauros de Arroyave por el control del departamento del llano. Es por ello que los 2 grupos paramilitares, que buscaban combatir a la guerrilla, se mataban entre sí por el control del narcotráfico, las regalías petroleras y las tierras despojadas a los campesinos.
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En la citación que hizo el cabecilla del Clan del Golfo se especifica que el hombro hizo parte “de esta unidad armada, y que, en el marco de su actividad delincuencial, presuntamente se habría relacionado con miembros del Ejército y otras fuerzas de seguridad del Estado, como el DAS, en aras de desarrollar actividades delictivas de manera conjunta”.
Algo que llamó la atención en esta versión se sustenta en que Úsuga recibía dinero por parte de oficiales de alto poder, a quienes los paramilitares les consignaba un salario mensual, desde coroneles y comandantes de batallón, recibieron dicho salario.
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Otoniel explicó que tenía una relación muy estrecha entre militares y paramilitares puesto que compartían información de inteligencia, comunicación con radios, armas y patrullaban todos revueltos. Y es aquí cuando los hombres de las Autodefensas Unidas de Colombia, necesitaban apoyo aéreo, los militares no dudaban en colaborarles, situación que se repitió especialmente en Meta.
La citación con Dario Antonio Úsuga duró tanto que no se concluyó, por lo que se estableció que la diligencia judicial se desarrollará este miércoles 20 de abril bajo estrictas medidas de seguridad en las instalaciones de la Dijín en el occidente de Bogotá.