“Otoniel”, el narcotraficante más buscado de Colombia, termina su carrera

Foto: @IvanDuque
Foto: @IvanDuque

La captura este sábado de Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, el principal cabecilla de la banda criminal del Clan del Golfo, grupo dedicada al narcotráfico y otras actividades ilegales, pone fin a una carrera delictiva en distintas organizaciones ilegales del país.

Durante años, alias “Otoniel” consiguió evadir al Ejército y a la Policía, que desarrollaron innumerables operaciones en la zona del Urabá, pese a que el Gobierno ofrecía una recompensa de hasta 3.000 millones de pesos y el estadounidense, 5 millones de dólares.

El capo está desde 2013 en la “Lista Clinton” de EE.UU. junto a los más peligrosos narcotraficantes y blanqueadores de dinero en el mundo, y la banda que lideraba, también conocida como Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), cuenta con más de 3.000 integrantes, según organismos de inteligencia.

“Con este golpe a alias ‘Otoniel’ en la Operación Osiris se marca el final del Clan del Golfo y a todos los que han pertenecido a esta estructura criminal el mensaje es claro y contundente: o se someten a la Justicia de inmediato o les caerá todo el peso de la ley”, dijo el presidente colombiano, Iván Duque, al confirmar la captura.

Según el Gobierno, el Clan del Golfo es responsable del envío de toneladas de cocaína a Estados Unidos, así como de montar una red criminal dedicada a cobrar extorsiones a empresarios y comerciantes en la región de Urabá, fronteriza con Panamá, y en la costa Atlántica principalmente.

UNA VIDA EN LA ILEGALIDAD

“Otoniel” comenzó en la ilegalidad en las filas del Ejército Popular de Liberación (EPL), una guerrilla maoísta fundada en 1967 y de la que aún queda un pequeño reducto, según la base de datos especializada en crimen y narcotráfico Insight Crime.

Del EPL se desvinculó en 1991, tras la firma de un acuerdo paz de ese grupo con el Gobierno colombiano, pero su tránsito a la vida en sociedad duró poco.

Úsuga ingresó a las filas paramilitares poco después, primero en las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), que finalmente se agruparon en las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), donde trabajó bajo las órdenes de uno de sus jefes más conocidos, Daniel Rendón Herrera, alias “Don Mario”, encargado de lavar activos y pagar extorsiones.

La desmovilización de las AUC en 2006 no fue de su agrado, así que cuando capturaron a Don Mario en 2009, él y su hermano, Juan de Dios Úsuga, alias “Giovanni”, formaron “Los Urabeños”, otro de los nombres con los que se conoció a las AGC o al Clan del Golfo.

Con su influencia, su experiencia en lavado de dinero y financiación y las redes del narcotráfico que quedaron huérfanas de las AUC, consiguieron expandir su imperio desde el noroeste del país a muchas otras regiones donde aún hoy siguen disputándose corredores del narcotráfico o cosechas de cultivos con otros grupos armados como las disidencias de las FARC o el Ejército de Liberación Nacional (ELN).