La ONU y Bangladesh pidieron fondos y una solución duradera para los rohinyás en Birmania después de que huyeran en dos meses más de 600.000 personas de la violencia y persecución en el estado de Rakáin, desembocando en la peor crisis de refugiados desde la década de los 90 y el genocidio de Ruanda.
Esa petición se hizo al inicio de una conferencia de donantes organizada por la ONU, la Unión Europea (UE) y Kuwait para reunir 434 millones de dólares para atender a los 603.000 rohinyás llegados a Bangladesh desde el pasado 25 de agosto y los 400.000 miembros de esa minoría musulmana que ya acogía ese país tras olas de violencia anteriores.
“Hay pocos precedentes de la magnitud de esta crisis salvo si nos remontamos a la década de los años 90 en cuanto al ritmo y tamaño” de desplazados por conflictos, dijo el alto comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi.
El embajador de Bangladesh, Shameem Ahsan, admitió que la llegada y presencia de tantos refugiados en Cox’s Bazar, distrito cercano a la frontera con Birmania, ha creado “una masiva presión social, económica, demográfica y ambiental sobre el país”, reporta Efe.
“Pese a lo que se diga, la violencia en Rakáin no ha parado. Miles de rohinyás aún entran a diario (en Bangladesh), que ya asiste -entre los nuevos llegados y los 400.000 que acogía previamente- casi un 1 millón de refugiados”, dijo.