La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que es muy improbable que algún país o comunidad alcance pronto el alto nivel de inmunidad colectiva que se requiere para controlar la transmisión de la covid-19, ni siquiera aquellos que experimentaron brotes graves y donde el coronavirus circuló de forma intensa.
“Los estudios indican que se necesita que más del 80 % de una comunidad esté inmunizada para interrumpir la transmisión, pero los datos que arrojan los datos serológicos en todo el mundo revelan que ningún país ha adquirido este nivel de inmunidad natural”, dijo el director de emergencias sanitarias de la OMS, Mike Ryan, al informar sobre la evolución de la pandemia en la asamblea anual de la organización.
“Una parte sustancial de la población mundial sigue siendo susceptible a la infección”, aseguró hoy el experto que coordina la lucha internacional contra la pandemia desde la OMS.
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Ryan dijo que ante la situación epidemiológica y los problemas para extender la vacunación a todos los que la necesitan es fundamental que se mantengan las medidas de prevención, incluidas la distancia social, el uso de mascarillas y la buena ventilación, pero también seguir persiguiendo al virus mediante test y el rastreo de contactos.
“Haber relajado las medidas de forma prematura contribuyó a los rebrotes que vimos en 2020 y en el primer trimestre de este año”, sostuvo, tras recordar que permitir que el virus siga circulando de forma incontrolada aumenta el riesgo de que aparezcan variantes más peligrosas.
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La OMS estima que la situación en el mundo sigue siendo “frágil y volátil” y que hay un subconteo de casos y muertes por covid-19 en muchas partes del mundo.
Los datos aportados por los países permiten afirmar que un 40 % de las personas sintomáticas experimentan un covid-19 leve, otro 40 % una enfermedad moderada, pero el 20 % restante sufren una infección entre severa y crítica.
De estos últimos, el 16 % muere actualmente, lo que representa una mejora en la lucha contra la enfermedad, puesto que al inicio de la pandemia la mortalidad entre los enfermos graves era de hasta el 40 %.