La presidenta de la convención que redacta la nueva Constitución de Chile, la académica indígena Elisa Loncón, afirmó que el nuevo presidente, que se vota en primera vuelta este domingo, “será de transición” y su labor será “facilitar el camino constituyente”.
“Quien se instale hoy día será un Gobierno de transición que en el futuro tendrá que ver cómo implementa la nueva Constitución”, reivindicó Loncón desde un local de votación de la capital.
“Es muy importante quién sea electo hoy o quién pase a segunda vuelta porque tendrá que continuar gobernando en clave constitucional”, expresó.
En 2020, Chile decidió dejar atrás su actual carta magna, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), y encomendó la tarea de redactar una nueva a una asamblea paritaria, con participación indígena y de tendencia progresista.
Implementar las normas de la nueva ley fundamental, en caso de aprobarse en un plebiscito de salida -previsiblemente el año que viene- será uno de los principales retos del próximo mandatario, que sucederá al conservador Sebastián Piñera en marzo de 2022.
Son siete candidatos en total y, según los sondeos, ninguno se impondría en primera vuelta y pasarían al balotaje el 19 de diciembre el diputado izquierdista Gabriel Boric y el ultraderechista José Antonio Kast.
También son una alternativa el exministro y carta del oficialismo, Sebastián Sichel, y la democratacristiana Yasna Provoste, y con menos apoyos, el progresista Marco Enríquez-Ominami; Franco Parisi, un polémico economista que reside en Estados Unidos, y Eduardo Artés, de izquierda radical.
“No da lo mismo quién gane. Necesitamos un presidente que dialogue y asuma la gran responsabilidad de instalar las demandas por los derechos fundamentales de la madre tierra, de las mujeres, y las naciones originarias”, agregó Loncón.
El proceso constituyente se abrió como la vía política para suavizar la crisis social que comenzó en 2019, la más grave en tres décadas, que se extendió durante más de un año con masivas protestas por un modelo socioeconómico más igualitario, feministas y ambientalista.
Algunos expertos apuntan que una eventual victoria del ultraderechista Kast, que se opuso en 2020 a cambiar la carta magna, podría tensionar el proceso constituyente, algo que el mismo candidato ha rechazado en diversas comparecencias.
Más de 15 millones de personas están llamadas a las urnas para elegir al nuevo presidente pero también para renovar parcialmente el Parlamento, un elemento crucial para la gobernabilidad del país.
Se elegirán a todos los diputados (155) para un periodo de 4 años y a 27 de senadores de un total de 50 para un periodo de 8 años.
Uno de los grandes interrogantes es la participación, ya que desde que el voto es voluntario (2012), ninguna elección ha superado el 50 % del padrón excepto el plebiscito por una nueva Constitución de 2020. Efe