Novillada de valor y raza en la Feria de Manizales

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En una tarde pasada por lluvia y con el fondo de dolor de la muerte temprana del torero local Andrés de los Ríos, la novillada de Feria de Manizales puso de presente el valor y la afición de tres novilleros colombianos que se jugaron enteros ante un serio encierro de Achury Viejo.

Santiago Fresneda cortó la única oreja del festejo, ante una entrada que bordeó la mitad del aforo de la plaza.

Seis novillos toros de Achury Viejo, serios y con motor. Con calidad el tercero aunque rajado al final, de poder el primero y con movilidad el segundo. El quinto, aplaudido en el arrastre. Cuarto y sexto terminaron defendiéndose en los adentros.

Sebastián Cáqueza (turquesa y oro). Palmas y palmas.

Andrés Bedoya (azul marino y oro). Palmas y palmas, tras aviso.

Santiago Fresneda (nazareno y oro). Oreja y silencio tras dos avisos.

La novillada de la Feria de Manizales tuvo en la terna de aspirantes y en el serio encierro de Achury a los protagonistas de una tarde en que la afición por la fiesta le pudo a la lluvia. Y no de cualquier manera.

Los novilleros, cada uno a su manera, se las arreglaron para dejar huella en los espectadores, mientras el hierro de Achury se ganó la ovación de los espectadores por su excelente presentación y la disposición de sus astados para ir tras los engaños.

Al terminar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en homenaje al torero local Andrés Ríos, quien fue encontrado sin vida en su casa de habitación.

De los Ríos tenía 34 años y estaba en plena actividad torera. El 5 de enero de 2006 había recibido la alternativa en esta misma plaza de manos de César Rincón y con Manuel Jesús “El Cid”, como testigo, ante toros de Ernesto Gutiérrez Arango.

En cuanto al desarrollo de la novillada, Santiago Fresneda, hijo de “Gitanillo de América”, cortó la única oreja con una faena de entrega ante un novillo toro con calidad, que al final se rajó.

En el otro, sexto, Fresneda debió buscar a su enemigo en tablas, a donde buscó refugio, para ver frustrada la opción de algún trofeo más.

Sebastián Cáqueza tuvo a cargo los momentos más artísticos, con muletazos de mano baja y temple ante un interesante ejemplar, todo, en medio de un aguacero que creció en intensidad a medida que avanzaba la lidia. El cuarto se vino a menos tras el puyazo.

Y Andrés Bedoya, tercero en discordia, debió soportar lo más fuerte del temporal durante su brega con el segundo, novillo toro que tuvo en la movilidad su principal recurso, informa Efe.

En el quinto, que fue a más, no hubo complementación y todo quedó en ilusiones.