El Papa Francisco rechazó el domingo la afirmación de Rusia de que está llevando a cabo “una operación militar especial” en Ucrania, diciendo que el país está siendo golpeado por la guerra.
“En Ucrania fluyen ríos de sangre y lágrimas. No se trata de una operación militar, sino de una guerra que siembra muerte, destrucción y miseria”, dijo el Papa en su discurso semanal ante la multitud reunida en la Plaza de San Pedro.
Sin embargo, como ha sido el caso durante los 11 días de conflicto, el pontífice no condenó públicamente a Rusia por su nombre por su invasión. En cambio, reiteró su llamado a la paz, la creación de corredores humanitarios y la vuelta a las negociaciones.
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“En ese país mártir, la necesidad de asistencia humanitaria crece cada hora”, dijo el Papa, hablando desde una ventana que da a la plaza. “Que prevalezca el sentido común, volvamos al respeto del derecho internacional”.
Rusia llama a sus acciones en Ucrania una “operación especial”, no una guerra, y dice que no busca ocupar territorio, sino destruir las capacidades militares de su vecino y capturar a los que considera peligrosos nacionalistas.
Había mucha más gente de lo normal reunida frente a la basílica de San Pedro para la comparecencia dominical del Papa, y algunos sostenían en alto banderas multicolores de la paz, así como la enseña azul y amarilla de Ucrania.
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“La Santa Sede está dispuesta a hacer todo lo posible para ponerse al servicio de la paz”, dijo el religioso argentino, agregando que dos cardenales católicos romanos habían ido a Ucrania para ayudar a los necesitados. “La guerra es una locura, por favor paren”, afirmó.
Andriy Yurash, embajador de Ucrania ante el Vaticano, elogió al Papa por llamar al conflicto una guerra.