“Es legal y punto…”, esgrime el argumento de los defensores de las acciones del Estado que muchas veces no gozan de legitimidad o popularidad entre la gente.
Defender la legitimidad por encima de la legalidad, es otro de los asuntos que ocupa el oficio de la consultoría política, dedicada a hacer entender a candidatos y mandatarios cuan importante es corregir cuestionables formas de ejercer el poder.
Así las cosas, no basta con tener una justificación o excusa, amparados en esgrimir que ceñirse estrictamente al mero reglamento basta, pues hacerlo bien es conseguir la legitimidad, es obtener obediencia sin recurrir a la amenaza del uso de la fuerza, es garantizar que la sociedad acepte la autoridad y la acompañe en sus medidas.
Pues bien, para eso estamos los que a este hostil e incomprendido oficio nos dedicamos, para asesorar y acompañar el orden y sentido común en el ejercicio político, actividad que debe responder a la lógica deliberativa para dar aplicación rigurosa de la ley sin resultar injustos.
Sancionar a una mujer a punto de dar a luz por mal estacionamiento, designar al frente de una institución a compadres con los que no existen vínculos sanguíneos, que sea un adulto mayor el responsable de las políticas de juventud, destinar por convenio recursos para que los ejecuten incuestionables organizaciones sin idoneidad profesional o dar un subsidio al hijo de un funcionario, simplemente puede no ser ilegal, es ilegítimo, ese es el dilema.
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Señoras y señores, no todo se puede, no todo cabe, ejercer dinámicas democráticas es entender que una cosa quiere el mandatario, otra espera el pueblo y otra se puede, la clave está en hallar puntos de encuentro entre estos tres Ingredientes.
Freddy Serrano, consultor y estratega político
Por cumplir el riguroso debido proceso, por buscar justificaciones constantes según las cuales no se viola la ley, por pensar que se puede pasar por encima de las voluntades populares, es que estamos como estamos, Inmersos en la costumbre política de “chachos” y “reyezuelos”, que dan aplicabilidad al derecho por conveniencia y que además no resulta justo.
No todo se puede ni es legal
El dilema planteado casualmente es otro de los retos al que se enfrenta el oficio, pues sumado al choque de egos y vanidades tan propio en el ejercicio del poder, ahora tenernos el implacable consejo del “sanedrín de la ley” que sobre la base de la interpretación da vía libre a cualquier locura o desfachatez completamente distante del sentido común, el menos común de los sentidos.
Señoras y señores, no todo se puede, no todo cabe, ejercer dinámicas democráticas es entender que una cosa quiere el mandatario, otra espera el pueblo y otra se puede, la clave está en hallar puntos de encuentro entre estos tres Ingredientes.
Un buen ejercicio político se hace acompañar de los consejos ajustados a cumplir la ley y conjuga responder a la democracia conectado con las personas, para esto nos hemos preparado tanto como los que de otras disciplinas se ocupan.
”La lealtad y confianza toman distancia de la adulación, vencer es asumir que tu único rival siempre serás tú mismo”.
FREDDY SERRANO DÍAZ
Consultor y estratega político
