Un aficionado decidió llevar a su hijo al estadio del cual es hincha, seguramente con lo que hizo el pequeño nunca se le va borrar ese día de la memoria.
Un niño fue escogido por los organizadores para que en la previa del encuentro deportivo pateara un penalti, buscando vencer a la mascota representativa del club.
El menor no desaprovechó la oportunidad y con un soberbio remate pudo convertir el gol y con mucha emoción en su rostro salió a celebrarlo con su padre en la tribuna del estadio.