“Orlandito”, como lo llamaban los suyos, tenía 15 años cuando murió e iba siempre con una sonrisa. Su nombre engrosa ahora la lista de al menos siete menores que han muerto en Nicaragua en esta crisis sociopolítica. En total son más de 100 asesinados según las organizaciones humanitarias.
Familiares, amigos y conocidos dieron hoy el último adiós a Orlando Córdoba, que junto con Álvaro Conrado (15), Ángel Reyes (16), Jesner Rivas (16), Carlos Rivas (17), José Abraham Amador (17) y Richard Pavón (17) son los nombres más jóvenes de la ola de violencia que vive el país desde hace 45 días.
El adolescente, que este viernes recibió sepultura, recibió varios tiros durante la “Madre de todas las Marchas”, en la que decenas de miles de mamás pedían justicia para sus hijos asesinados.
Su ataúd salió de una humilde vivienda dentro de una barriada de Managua hacia el cementerio “Milagro de Dios”, custodiado por autobuses, motos y vehículos que transportaban a sus amigos y conocidos.
“Orlandito”, que cursaba de manera tardía el sexto grado de educación primaria, forma parte de las 7 personas que han fallecido a causa de un tiroteo que se desató el miércoles durante una manifestación pacífica.
Falleció cuando llegó al hospital de un paro cardíaco, pero sus heridas eran muy graves.
“Le decimos hasta pronto. Confiando en que algún día será uno de los que se levante de la tumba para ser resucitado en gloria. Llénense de esperanza porque Orlandito no está muerto, hoy vive más que nunca en la esperanza de Dios”, dijo el sacerdote encargado del oficio religioso.
El pastor, que conoce de cerca a la familia, les dijo mirando el cuerpo del joven, que tenía una bandera blanca y azul con el mensaje de “Nicaragua libre”, que era un muchacho agradable, “siempre con una sonrisa”.