La neurociencia avanza a pasos agigantados en la investigación de la relación de las células del cerebro con herramientas que permiten ahondar en las “redes neuronales”, aseguró hoy el neurólogo noruego Edvard Moser, Premio Nobel de Medicina 2014.
“Queremos averiguar cómo se produce la capacidad para navegar en el cerebro” señaló Moser durante la conferencia “El mecanismo GPS del cerebro” que ofreció en el festival Ciudad de las Ideas en Puebla, centro de México.
Para descifrar el cómo las neuronas trabajan en conjunto en el cerebro, Moser señalo que se debe estudiar su actividad. “Hay muchas neuronas que trabajan al mismo tiempo” expuso el Premio Nobel de Medicina 2014.
A través de la investigación con roedores, Moser descubrió una red de células que constituyen el sistema de posicionamiento del cerebro, una especie de GPS capaz de descifrar nuestra posición y calcular nuestra distancia de movimiento y la dirección a un lugar determinado. Este sistema permite orientarnos y desplazarnos en el espacio.
“La base de nuestra navegación, utiliza nuestro propio movimiento, cuando nos movemos alrededor el cerebro calcula nuestro movimiento” señaló Moser.
A la pregunta de ¿cómo obtienen las células esta información? El neurocientífico señaló que es un sistema muy complejo en el que trabajan muchas células de forma simultánea, cada una con una función diferente.
“Unas siguen el rumbo, se encargan de codificar la dirección”, señaló en su ponencia.
Estas células, fueron descubiertas en la década de los 80. “Calculan dirección y distancia a partir de marcas u objetos en el espacio” indicó el neurocientífico.
Explicó que no trabajan solas porque otro grupo de células se encarga de delimitar el espacio.
Un estudio con ratas evidenció que ciertas células se activaron cuando el animal se encontraba en los límites de la caja donde se realizaba la investigación. Otro grupo de células se encargan del espacio y los objetos que se encuentran en él.
Estudios recientes del 2005 a la fecha evidencian esta teoría en animales como roedores, orangutanes, murciélagos e incluso en humanos.
“A pesar de ser diferentes (los animales) tienen un sistema nervioso común y podemos a través de ellos estudiar la corteza, la parte exterior del cerebro donde ocurre la planeación de nuestro rumbo” indicó.
Las investigaciones también se han realizado en seres humanos; los resultados coinciden con los de los animales, es decir, existe un sistema neuronal capaz de posicionar y orientar a los seres vivos.
“En humanos con epilepsia se han obtenido grabaciones del funcionamiento de las neuronas” resaltó Moser.
Moser recibió en 2014 junto a su esposa May-Brit Moser y el científico estadounidense John O’Keefe, el Premio Nobel de Medicina por el descubrimiento del “GPS interno” del cerebro que hace posible la orientación en el espacio.
Fue un descubrimiento precedido por investigaciones que abrieron la puerta a esta teoría. En la década de los 70, fueron descubiertos los primeros componentes de ese sistema de posicionamiento interno.
En el área del cerebro conocida como hipocampo constataron que unas células nerviosas se activaban cuando una rata se encontraba en un lugar determinado y éstas variaban cuando el animal cambiaba de posición.
Fue hasta 2005 cuando Edvard y su esposa añadieron otro componente a la investigación y descubrieron que otras células nerviosas formaban un sistema coordinado y permitían la ubicación de forma precisa en el espacio.
Les denominaron “las grill cells (células rejilla)” con que el cerebro reproduce el espacio y nuestro movimiento en él mismo.
“Coordinadas internas del cerebro que se basan en triángulos, es un sistema de medición del cerebro para poder calcular la posición todo el tiempo” reiteró el neurocientífico, informa Efe.
Moser ha sido uno de los más de 60 ponentes que participan durante los tres días del festival Ciudad de las Ideas, que reúne en Puebla (México) a personalidades de los ámbitos tecnológico, científico, filosófico y artístico.