Nawalka ante el reto de recuperar a Polonia para enfrentar a Colombia

2282634Entrenador-Polonia-EFE

A sus 61 años, que cumplirá el mismo 23 de octubre, mismo día en que nació Pelé, el exfutbolista y entrenador Adam Nawalka se enfrenta al peor de los retos en los casi cinco años que lleva al frente de la selección de Polonia.

Nawalka, quien formó parte del equipo ideal del Mundial de Argentina’78, ha tenido que ejercer además como motivador y psicólogo desde la triste noche del 19 de junio, cuando sus pupilos cayeron por 1-2 en el Spartak Stadium de Moscú.

Fue un resultado que los polacos no esperaban y que echó tierra a una ejemplar preparación para el Mundial que tuvo notas altas como las recientes victorias en partidos amistosos sobre Chile y Lituania.

Senegal hizo las cosas de tal forma que los Blanquirrojos nunca se encontraron en la cancha, según admitió el entrenador nacido en Cracovia.

La victoria puede embriagar pero la derrota suele ser perversa, que lo diga el portero Wojciech Szczesny, a quien se le responsabilizó por el segundo gol de los senegaleses.

El meta del Juventus italiano no solo fue convenientemente reprendido en privado por su entrenador y algún que otro compañero. Peor, su padre, Maciej, el máximo crítico a su labor en el partido inaugural, aprovechó los micrófonos de los medios de comunicación locales para atacarlo públicamente.

En Polonia se sabe que los Szczesny, padre e hijo, mantienen un conflicto de muchos años hasta el punto de que no se dirigen la palabra.

Al margen de ese conflicto familiar, Nawalka ha preferido poner las cosas futbolísticas en su debido nivel al declarar a los suyos que “no tiene sentido llorar sobre la leche derramada”, reporta Efe.

Así lo dijo tras el partido de la primera jornada del Grupo H, en el que hubo otra sorpresa pues Colombia cayó en su debut ante Japón por idéntico 1-2.

“Lo más importante son los puntos, y aún no los tenemos. Nos esperan otras dos partidos y creo que estaremos perfectamente preparados”, declaró recientemente a periodistas.

Colombia, tan necesitada como Polonia, es el próximo escollo. El que gane mantiene las posibilidades para avanzar a los octavos de final, el que pierda anticipa el adiós a Rusia.