Foto: Archivo referencial
Desde la ciudad de Barranquilla demostraron su alegría por el regreso de al menos 350 personas a sus oficios en la reactivación de las labores en los moteles de esta ciudad. Una actividad que requería la implementación de diferentes protocolos estrictos de bioseguridad para velar por la salud de los visitantes frente al riesgo del COVID-19. Pero el riesgo llegó desde otro lado.
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Pese a que las autoridades barranquilleras no escatimaron en la implementación de los protocolos establecidos por el Ministerio de Salud, no se pudo velar por la seguridad de una joven que fue encontrada muerta al interior de una de las residencias habilitadas para su funcionamiento en el centro de la capital del Atlántico.
Se trata del homicidio de la joven Daniela Espitia Flórez, quien el pasado lunes festivo se encontraba al interior de este motel cuando un hombre la habría agredido en el tórax con el pico de una botella y posteriormente, habría sido asfixiada con una de las almohadas con las que cuentan las habitaciones.
Según lo reportaron algunos de los otros clientes de este establecimiento, la mujer se encontraba desnuda sobre la cama, con bastante sangre sobre su cuerpo y la almohada con la que presuntamente le quitaron la vida, la cual estaba impregnada del maquillaje de Daniela.
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No obstante, frente a la investigación que llevan acabo las autoridades judiciales, se ha determinado que no habrá presentación de una hipótesis sobre lo ocurrido hasta que se hayan analizado todas las pruebas y testimonios de los familiares de la víctima y de los empleados de este motel ubicado en la calle 43 con carrera 44.