Foto: Anadolu
Uno de los sucesos que más han conmovido e indignado a los colombianos en las últimas semanas, donde los temas del diario vivir son alrededor del Paro Nacional, el más escandaloso fue el que se vivió el pasado sábado 23 de noviembre, en la calle 19 con carrera 4 en Bogotá, donde se estaban llevando a algunas movilizaciones tras una polémica jornada de toque de queda del día anterior.
Mientras se estaban realizando estas marchas , sobre las 3:30 de la tarde empezaron los primeros enfrentamientos entre agentes del Esmad y algunos manifestantes que iban preparados con sus capuchas para evitar que los gases lacrimógenos les afectaran; lo que nadie esperaba es que diez minutos después se iba a presentar un suceso inolvidable para los colombianos y que después fue replicado por varios medios internacionales, la muerte del joven estudiante Dilan Cruz.
Este episodio ha estado lleno de polémica por el desconocimiento que se tenía del arma que había disparado el agente, sobre la munición que le impactó al joven en la parte trasera de su cabeza y por el responsable de dar la orden de reaccionar de esta manera contra una marcha que hasta ese momento, estaba movilizándose de manera pacífica con destino a la Plaza de Bolívar; pues una a una se fueron descifrando estas incógnitas.
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Sin embargo, la única de las preguntas que aún no se ha respondido y que por ahora sigue sin tener mucha claridad es la que involucra a los responsables de dar la orden a los agentes del Esmad para que avancen y arremetan contra estos manifestantes; pues en las últimas horas, Blu Radio reveló las primeras declaraciones del oficial que confesó haber disparado el artefacto “bean bag” que impactó al joven, y que le ocasionó la muerte.
Según la cronología de los hechos, el capitán (de quien se desconoce su identidad) comentó que debido a los inconvenientes presentados el día viernes 22 de noviembre, se había organizado un grupo conformado por un oficial, dos comandos ejecutivos, 17 patrulleros del Esmad y 20 patrulleros que iban a comenzar a la 1:40 de la tarde con destino hacia el centro de Bogotá.
Las declaraciones indican que la primera orden que le llegó al capitán fue por parte del coronel Néstor Raúl Cepeda Cifuentes, comandante de la Unidad de Escuadrones Móviles Antidisturbios, que le dijo que debía trasladarse, con el grupo de uniformados motorizados a su cargo, desde el punto sobre la Calle 26 con Carrera 102 hasta la misma calle pero con Carrera 7, donde ya se encontraron con la primera multitud de manifestantes.
El capitán comentó que por segunda vez, su coronel le ordenó desplazarse hasta otra zona, en esta ocasión fue hacia la Plaza de Bolívar donde se estaba presentando aglomeración de manifestantes, por lo que junto al comando que estaba bajo su mando se fueron para este sector, en el que se ubicaron frente al Congreso de la República, después de también ordenarle a otros uniformados de la zona que se desplegaran de tal forma que iban a imposibilitar el paso de la marcha.
En este momento, el capitán menciona a dos nuevos funcionarios de las fuerzas armadas, el coronel Javier Martín Gámez, subcomandante de la Policía de Bogotá, quien le ordenó al mayor John Alexander Socha, comandante del dispositivo del Esmad, para que interviniera y dispersara a los manifestantes de la zona, el cual le transmitió la orden al que cuenta los hechos.
Posterior a este operativo, se le ordenó al capitán movilizarse hacia el centro porque debía reforzar la zona por la presencia de jóvenes que estarían bloqueando el paso vehicular de la Calle 19 con Carrera 7 en ambos carriles, y esto iría en contravía con la norma por lo que debían dispersarse; además, muchos de los ciudadanos que se encontraban en el sector aseguraron que sí se estaba necesitando la presencia de la fuerza por que se estaban generando actos de vandalismo por parte de algunos manifestantes.
En la zona de mayor impacto en ese momento, el capitán aseguró que habló con una de las funcionarias de Derechos Humanos de la GAEPVD porque apreció que los diálogos no estaban sirviendo para calmar a los manifestantes, por lo que decidió informarle que debía desbloquear la zona, a lo que ella le respondió que lo hiciera pero con un previo aviso, por lo que el capitán cuenta que expresó con fuerza “retírense de la vía o nos veremos obligados a hacer uso de la fuerza”.
Sin embargo, los marchantes hicieron caso omiso a la orden del capitán y se emprendió el final de una jornada de Paro Nacional que nunca se esperó, terminara así; según el relato, los agentes del Esmad se vieron inmersos en un combate contras los manifestantes que devolvían los gases y lanzaban algunos otros objetos en contra de los agentes, por lo que se convirtió en una compleja batalla campal mientras se avanzaba de la carrera sexta a la quinta y finalmente a la cuarta.
El capitán relata que frente a ellos se presenta la explosión de un artefacto, a lo que él y sus demás agentes decidieron seguir hacia adelanta para continuar con su orden de esparcir el desorden, sin embargo, en la narración se evidencia que quien la cuenta deja muy en claro que él, como sus compañeros se encontraban en una situación de fuerte tensión, hasta que “ante el incremento en la agresión y la detección de este nuevo peligro inminente, tomo la decisión de disparar una munición de impacto contra los agresores” confesando así que fue quien disparó el letal artefacto en contra del joven de 18 años, lo siguiente a ello, fue la fuerte caída de Dilan Cruz sobre el asfalto de la Calle 19.
Posterior al trágico incidente, el capitán asegura que se intentó acercar a la zona donde estaba caído el joven pero los demás manifestantes lo imposibilitaron; además en la declaración que dio, comenta que en sus tres años de trayectoria nunca había presenciado una eventualidad de este tipo, ya que la labor de ellos “es salvaguardar vidas, bienes y no lastimar a las otras personas o a los manifestantes en ningún momento“.