El patrullero Juan Camilo Lloreda, condenado a 20 años de prisión por el asesinato de Javier Ordóñez el pasado 9 de septiembre de 2020, confesó ante la Fiscalía su responsabilidad en los hechos, pero manifestó que los golpes que le propinó a Ordóñez no fueron la causa de su muerte.
Lloreda aseguró que se encontraba patrullando con su compañero, Harby Rodríguez, cuando les informaron de una riña y se dirigieron hasta el lugar para atender el incidente.
Según relató el expolicía, cuando llegaron al sitio encontraron a Ordóñez, quien se quitó la camisa y buscó pelea con los uniformados, por lo que Lloreda utilizó su pistola táser en dos oportunidades.
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Después se escuchó un fuerte estruendo, como si hubieran disparado un arma, por lo que Ordóñez corrió a la entrada de su conjunto, allí los policías lo alcanzaron y ocurrió lo que quedó registrado en los videos de las personas que presenciaron el hecho.
Una vez condujeron al hombre al CAI, según el relato, Ordóñez se volvió muy agresivo, por lo que el patrullero tomó la decisión de golpearlo en diferentes oportunidades.
“Le puse el táser en el hombro y le dije: ‘¿Ya se calmó? Acá es a otro precio’, le propiné tres patadas al pecho y en los glúteos otras cuatro”, afirmó.
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Después de confesar que agredió a Ordóñez porque este le pegó en la cara, el patrullero asegura que no cree que esto le hubiera causado finalmente la muerte.
“Acepto que golpee a la persona, lo hice porque me pegó en la cara, fue un error mío, me arrepiento, pero no creo que eso le haya causado la muerte”, manifestó Lloreda.
Cabe señalar que el acusado llegó a un acuerdo con la justicia para aceptar los cargos y tener así una reducción en la pena.