El papa Francisco llegó a Cartagena, en medio de música, cantos y la alegría propia del Caribe colombiano, en lo que será última estación de su visita al país.
Tan pronto el avión de Avianca que lo transporta aterrizó en el aeropuerto Internacional Rafael Núñez, la multitud empezó a gritar “Te queremos papa, te queremos”, mientras una banda folclórica interpretaba canciones dedicadas al pontífice.
Al bajar del avión, Francisco se veía alegre y sonriente, y al saludar al arzobispo de Cartagena, Jorge Enrique Jiménez Carvajal, no le dio el apretón de manos sino un afectuoso abrazo.
También hicieron parte del comité de bienvenida el gobernador del departamento de Bolívar, Dumek Turbay; el alcalde encargado de Cartagena, Sergio Londoño Zurek, y varias autoridades militares.
Niños vestidos con trajes típicos le regalaron al papa un sombrero vueltiao, símbolo de la cultura colombiana, que de inmediato se puso.
Antes de subirse al vehículo en el que recorrerá 3,5 kilómetros hasta la Plaza San Francisco, en pleno centro histórico de la caribeña urbe, el sumo pontífice apreció una coreografía preparada por 300 jóvenes e inspirada en la dignidad de las personas y en la cultura local.
“Levántate y canta, vamos a recibir el papa”, se escuchó cantar a la multitud acompañada por guitarras y las palmas de los emocionados feligreses.
Luego sonaron cumbias y un grupo de bailarines empezó una verdadera fiesta en el aeropuerto que Francisco observó sonriente y por momentos acompañó con palmas.
Al finalizar la presentación, la cantante del grupo se acercó al pontífice, se arrodilló ante el y le abrazó entre lágrimas.
El Vicario de Cristo salió del aeropuerto en un automóvil pero más adelante cambió al papamóvil para tener más contacto con el gentío congregado a ambos lados de las avenidas, desde donde agitaban banderas y soltaban a su paso globos blancos y papel picado.
Su llegada a la barriada de San Francisco de Asís, una de las más deprimidas de la ciudad, donde se reunirá con los más pobres de la ciudad, fue saludada por altavoces y enseguida comenzó a cantar la Coral de la Universidad de Cartagena.
En este barrio el pontífice escuchará a miembros de la comunidad beneficiados con las obras sociales Talitha Qum y María Revive, que tienen el apoyo de la Iglesia católica.
Enseguida entró en escena un grupo de bailarines de cumbia acompañados por gaitas y tambores que le dieron un toque carnavalesco a la recepción al papa, que en todo momento se vio feliz, sin rastros del cansancio de los días anteriores, informa Efe.
Unos 4.000 agentes de la Policía y unos 1.000 integrantes de la infantería de Marina están encargados de la seguridad de Francisco que oficiará una misa campal en la que espera la asistencia de alrededor de 280.000 personas.