El papamóvil que transporta al papa Francisco desde el aeropuerto militar de Catam a la Nunciatura Apostólica en Bogotá se detuvo por unos minutos al acercarse al centro de la ciudad por una multitud que le cerró el paso para aclamarlo.
A los gritos de “Francisco, Francisco”, la multitud congregada en la Avenida El Dorado superó pacíficamente el cordón policial para ver de cerca e incluso tocar al papa, que no perdió la sonrisa y siguió impartiendo bendiciones.
El gentío reunido desde esta mañana en la avenida para ver la caravana papal formó un embudo a la altura de la Universidad Nacional que ni siquiera los motociclistas de la Policía que marchaban adelante del papamóvil lograron abrir.
El papamóvil fue disminuyendo la marcha hasta que tuvo que detenerse completamente unos minutos porque era imposible avanzar.
La multitud empezó a corear entonces el nombre del papa y a cantar himnos religiosos, mientras que los más afortunados alcanzaron a tocarlo, a entregarle flores o a acercarle imágenes para que se las bendijera.
En medio del fervor desatado, muchos agitaban banderas de Colombia, Italia, Argentina, Venezuela y Perú.
Pese al nerviosismo que causó la situación entre el cuerpo de seguridad colombiano y del Vaticano, en ningún momento se puso en riesgo la integridad del papa y sus acompañantes pues todos los que se le acercaron lo hicieron para expresarle su afecto, reseña Efe.
Después de unos minutos de tensión la caravana pudo reanudar la marcha hacia la Nunciatura, donde le espera otra multitud.