El multimillonario Richard Branson viajó al espacio el pasado domingo. El próximo martes lo hará Jeff Bezos y Elon Musk no tardará en unirse al grupo. Todos ellos habrán viajado al espacio con la idea de ser los pioneros del turismo interestelar, que esperan que en el futuro sea de masas.
Con esta predicción en la cabeza y aunque todos ellos son más conocidos por sus otras empresas, Branson, Bezos y Musk fundaron sus propias compañías aeroespaciales y, con la salvedad de Musk, que todavía no ha detallado sus planes para viajar más allá de la estratosfera, decidieron que el jefe tenía que ser el primero en probarlo.
La idea de Branson, cofundador del conglomerado británico Virgin Group -con fuerte presencia en el mundo del transporte aéreo y del turismo- es relativamente sencilla: del mismo modo que los aviones ahora van de un punto a otro de la Tierra, él propone que hagan lo propio, pero en el espacio.
Para ello, Virgin Galactic, la subsidiaria que fundó en 2004 para ofrecer viajes espaciales comerciales, utiliza una aeronave de carga de propulsión (similar a dos aviones unidos por el ala) que levanta la nave espacial hasta una cierta altura y luego la libera para que planee y use su propio motor para llegar todavía más alto.
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El pasado domingo 11 de julio, a sus 70 años, el multimillonario británico se unió a la misión Unity 22, en la que una de sus aeronaves despegó desde el desierto de Nuevo México (EE.UU.) y superó los 80 kilómetros de altura para regresar una hora después a la superficie terrestre.
“He soñado con este momento desde que era un niño, pero nada me había preparado para tener una vista de la Tierra desde el espacio”, aseguró a su retorno el empresario.
El sueño de Branson es trasladar el modelo actual de viajes aéreos al espacio, con trayectos a altísima velocidad y transporte a hoteles en otros planetas. EFE