Foto: Imagen referencial
En el municipio de Pensilvania, Caldas, se ha desatado una polémica entre los habitantes por causa de una tutela interpuesta en la que el accionante pide que se silencie el campanario de la Parroquia Nuestra Señora de Los Dolores.
La accionante de esta tutela, Mónica Alicia Aldana, indica que no puede dormir y que el sonido le causa migraña y estrés. No obstante, ante la acción interpuesta, los habitantes han manifestado su desacuerdo, ya que consideran patrimonio cultural el acto de que las campanas suenen cuando el reloj marca la hora en punto o cuando se despide a un difunto.
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Por su parte, la abogada que representa la parroquia, Carmenza Holguín, señaló que la comunidad ha recogido voluntariamente 3.632 firmas en dos días con las que reprochan la tutela, las cuales presentará junto con los argumentos legales que otorga el Concordato entre la Santa Sede y el Estado Colombiano.
Al respecto, los pobladores también argumentan que la mujer llegó hace dos meses y que por una sola persona no se puede cambiar una tradición que lleva años en el municipio. A esto agregan el valor cultural que tienen las campanas, debido a que fueron traídas por los mismos colonizadores.
