La vida se inició en la Tierra “sustancialmente” hace más de 3.500 millones de años, según un estudio de microfósiles publicado hoy en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences.
La investigación, hecha por científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison con nuevas tecnologías desarrolladas en la institución estadounidense, analizó rocas procedentes de Australia Occidental en las que identificaron los fósiles más antiguos nunca hallados hasta el momento.
Las rocas fueron recogidas en 1982 y los microfósiles fueron descritos por primera vez en la revista científica Science en 1993 por el profesor de Paleobiología de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) William Schopf, aunque parte de la comunidad científica consideró que las muestras eran formaciones minerales con parecido biológico.
Pero el estudio ahora publicado, y dirigido precisamente por Schopf junto con el profesor de Geociencia de la Universidad de Wisconsin-Madison John Valley, confirman que las rocas contienen microfósiles de 3.500 millones de años de edad.
Los científicos utilizaron un espectómetro secundario de masa de ion (SIMS, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Wisconsin-Madison, un instrumento del que sólo existen un puñado de ejemplares.
El SIMS fue capaz de separar el carbono del que estaba compuesto cada fósil, cada uno de una dimensión de diez micrometros de ancho, en sus isótopos y medir su proporción porque las diferentes sustancias orgánicas tienen diferentes proporciones de isótopos estables de carbono.
Por ello, los científicos pudieron separar el carbono 12 del carbono 13 en cada fósil.
El profesor Valley señaló que “las diferencias en las proporciones de los isotopos de carbono se correlacionan con sus formas. Si no son biológicos, no hay razón para esa correlación”.
Schopf añadió que los resultados muestran que “estos eran un grupo de organismos primitivo, pero diverso”.
Los microbios identificados por los científicos pertenecen a tres grupos. El primero son bacterias fotoautótrofas, que dependen del Sol para producir energía. El segundo son arquea (Archaea), microorganismos unicelulares que producen metano. Y el tercero, la gammaproteobacteria, que consumían metano.
Según Schopf, el estudio demuestra que la vida puede ser común en el Universo.
Pero lo más importante, según el experto, es que hace 3.500 millones de años ya existían diferentes tipos de microbios.
“La vida -subrayó- tiene que haber empezado sustancialmente mucho antes, nadie sabe cuánto antes; y (…) no es difícil que la vida primitiva se forme y evolucione hacia organismos más avanzados”, informa Efe.
Por su parte, Valley dijo que ya que hay prueba de que hace 4.300 millones de años existían océanos de agua líquida, “no hay razón” para que la vida no se iniciara entonces, aunque en estos momentos no haya prueba de ello.