Las historias de jóvenes inocentes asesinados por soldados durante el conflicto armado de Colombia y los relatos de las familias de víctimas de los llamados “falsos positivos” se encontraron este martes en un evento de la Comisión de la Verdad celebrado en Cali.
“El desespero de los compañeros los llevó a maquinar cómo asesinar a los dos menores de edad que cogimos para poder salir a permiso porque ya llevábamos 8 meses sin salir”, aseguró Fredy de Jesús Martínez, representante de víctimas de Antioquia y el Eje Cafetero, durante el acto de Encuentro por la Verdad.
De Jesús fue militar de 2004 a 2009, y narró cómo “la desesperación” de sus compañeros les llevó a votar si presentaban a dos jóvenes que habían capturado con un radio en zona guerrillera como bajas en combate debido a que llevaban más de medio año encerrados sin tener permiso y a base de “la ración” diaria.
Él fue el único que se negó a que los menores fueran ejecutados y el comandante decidió que no se hacía, pero fue expuesto a amenazas y acoso por parte de los compañeros, hasta que por fin le dieron la baja.
“Luego, al tiempo, me di cuenta que tanto mis compañeros de batallón como el comandante estuvieron involucrados en falsos positivos”, narró el exmilitar, haciendo referencia a un crimen grave del que la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, considera que hay al menos 6.402 víctimas en el país.
“Fui militar, me siento orgulloso de haber sido militar y de ser un militar que nunca me ensucié las manos”, dijo durante el acto, al que también acudieron asociaciones de víctimas, familiares y representantes del sistema transicional de justicia y la ONU.
El acto, organizado con víctimas por la Comisión de la Verdad, quiso “dignificar a las víctimas; es decir, honrarlas en su memoria y reconocerlas como civiles ajenos al conflicto armado, y también reconocer la resistencia, el valor, el coraje, la dignidad que han tenido los familiares en la búsqueda de verdad, justicia, reparación y no repetición”, aseguró el comisionado Alejandro Valencia.
En esta ocasión, las personas participantes narraron sus historias sobre “falsos positivos”, las ejecuciones extrajudiciales con las que el Ejército conseguía favores, premios y ascensos, y que la JEP ya ha considerado que son “crímenes de guerra y de lesa humanidad” en los que había “patrones de macrociminalidad” en el actuar de las fuerzas armadas.
“Para el Ejército las víctimas solo eran números, vacaciones y premios pero para nosotros eran todo lo contrario. Eran personas con proyectos de vida. Hoy alzamos la voz para pedir verdad y justicia”, aseguró Astrid Sanabria, la representante de víctimas del departamento de Casanare (este).
La magistrada de la JEP Catalina Díaz, quien participó en el evento de Cali, aseguró que “la cifra de 6.402 casos nos aterró” porque “no son solo cifras, son historias de vida que se fueron”, y se mostró determinada a “imputar responsabilidades y dejar claro que esto ocurrió en toda Colombia”.
“Hechos atroces como las ejecuciones extrajudiciales marcan de manera indeleble a las personas victimizadas, a sus seres queridos, manchan la vida institucional de la nación y dejan una huella de dolor en toda la sociedad”, aseveró por su parte el representante adjunto de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en Colombia, Juan Carlos Monge. Efe