De los 4 a 6 años los niños entienden la muerte como un estado temporal del cual se puede regresar. Se encuentra en una etapa denominada pensamiento mágico y puede llegar a confundir o mezclar la realidad con la ficción, muchos llegamos a pensar que los niños a estas edades no son conscientes de las pérdidas de los seres queridos o que no es necesario dar explicaciones de lo que ocurre al rededor. Sin embargo existen una serie pasos que podemos seguir para poder manejar este tipo de sucesos e involucrarlos de una manera correcta para lograr una sana resolución de la perdida.
Debemos invitarle cariñosamente a que coma y duerma, Ser cariñosos sin generar dependencia, Explicar por medio de un lenguaje que pueda comprender lo que ha ocurrido de una forma sencilla y sincera sin mentiras y sin minimizar la situación, Antes de contar lo que ha ocurrido es importante indagar que piensa que ha ocurrido y a partir de ello realizar la explicación, situarnos frente a el y a su mismo nivel de estatura para hablar, Propiciar actividades relajantes como el baño caliente o leer cuentos incluso escuchar sus canciones favoritas. , Ayudarlo a expresar sus emociones sin críticas y con paciencia, animar a jugar y dibujar, Mantener sus rutinas habituales.
Algunos de los comportamientos que nos indica que el niño está siendo afectado por el suceso son: Habla más o menos de lo normal, Tiene miedo generalizado, Se muestra inquieto por la pérdida de alguien más, Tiene regresiones comportamentales o pérdida de autonomía, Alteraciones del sueño. Lo normal en estas conductas es que se presenten máximo durante 4 semanas, si persisten se debe acudir a un especialista.
Con información de: bebeabordo.com.co
