Tras su captura por sus presuntos vínculos con el caso de corrupción llamado cartel de la toga, el expresidente de la Corte Suprema de Justicia, Francisco Javier Ricaurte pasó la noche en el búnker de la Fiscalía.
El fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez detalló que le imputarán los delitos de concierto para delinquir agravado, cohecho, trafico de influencias y uso abusivo de información privilegiada en “hechos relacionados presuntamente con corrupción en la administración de justicia”.
Martínez explicó que Ricaurte se presentó en la sede de la Fiscalía horas antes “tal vez por la información” que publicaron varios medios de comunicación en la que adelantaban su detención.
A su llegada a la sede del ente acusador, se indagó “sobre la posibilidad de esa medida” de prisión, que fue expedida por un juez.
La Corte Suprema de Justicia pidió el pasado 29 de agosto a la Fiscalía y a una comisión de la Cámara baja que investigue a Ricaurte y al también expresidente de la Corte Suprema José Leonidas Bustos, acusados por un senador de haber exigido pagos a cambio de no iniciar una investigación en su contra.