Foto: Archivo
El periodista japonés detenido por la policía birmana este viernes mientras cubría una protesta en Rangún fue liberado horas más tarde, mientras aumenta la presión de las fuerzas de seguridad en las calles de Birmania.
El periodista independiente y cineasta Yuki Kitazumi abandonó la comisaría de Sanchaung, en la antigua capital, después de haber sido detenido horas antes, según la retransmisión en directo los medios locales.
El Ministerio de Exteriores japonés había confirmado la detención en Birmania de un ciudadano nipón de unos 40 años, aunque no llegó a revelar su identidad.
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Las autoridades niponas aseguraron que tomarían las medidas apropiadas con vistas a proteger a este ciudadano. El diario japonés Nikkei, para el que trabajó Kitazumi, señaló por su parte que el periodista informó de su detención a un asistente local a través de un mensaje.
El arresto se produjo en el centro de Rangún, la mayor ciudad del país, cuando la policía cargaba contra pequeños grupos de manifestantes que protestaban en contra del golpe de Estado del pasado 1 de febrero.
Desde primera hora de la mañana las fuerzas de seguridad bloquearon varias calles de la antigua capital para evitar las protestas y cargaron contra las personas que intentaron concentrase allí y contra algunos periodistas. Según vídeos colgados en las redes sociales, la policía disparó contra un grupo de manifestantes en el centro de la ciudad.
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Además de en Rangún, también se produjeron incidentes violentos en Mandalay, donde hubo varios heridos según el portal Myanmar Now y en Naipyidó, la actual capital, donde al menos 20 personas fueron detenidas y la Policía usó granadas de mano para dispersar las protestas.
Quienes rechazan a los militares en todo el país y desde hace semanas también piden la liberación de los políticos electos arrestados por los uniformados, entre ellos la depuesta líder Aung San Suu Kyi.
La Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) indica que, desde el golpe, 748 personas fueron detenidas, incluidas 62 que ya han sido puestas en libertad.
El Ejército justificó la toma de poder por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre –donde observadores internacionales no detectaron ninguna irregularidad–, en los que arrasó la Liga Nacional para la Democracia, el partido liderado por Suu Kyi, como ya hiciera en 2015.
La nueva comisión electoral, designada por la junta militar responsable del golpe de Estado, invalidó este viernes los resultados de esas elecciones legislativas. EFE