A un mes del comienzo de la Copa América, el 13 de junio en dos canchas de Argentina, la incertidumbre impera en el segundo país organizador, Colombia, en días de zozobra por las protestas que cumplen ya dos semanas, y por el avance de la covid-19, aunque el Gobierno mantiene su palabra con el fútbol.
Según el presidente Iván Duque, están garantizadas las condiciones de bioseguridad para que se desarrolle el torneo en un formato de “burbuja”, como ha sucedido con la Liga y las copas Libertadores y Sudamericana.
“Sería ilógico que se pudiera jugar un torneo rentado nacional y la Copa Libertadores de América y no pudieran jugar cinco equipos en un entorno seguro, en una burbuja”, afirmó Duque en una entrevista con Efe el 19 de abril.
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Sin embargo, el contexto ha cambiado y sobre el desarrollo del torneo en el país se cierne la amenaza de las protestas, que comenzaron el 28 de abril y han dejado hasta el momento 42 muertos (41 civiles y un policía), según las autoridades.
Justamente, las manifestaciones y denuncias de abusos policiales, han abierto un debate en el país en el que muchos claman, incluso en las calles, porque el país desista de organizar un torneo en medio de una crisis cuyo fin no se percibe cercano. La Copa América, que iba a disputarse en 2020, se pospuso para este año y está previsto que se juegue del 13 de junio al 10 de julio.
SE AGOTA LA CAPACIDAD
En cuanto al covid, el ministro de Salud y Protección Social, Fernando Ruiz, encendió las alarmas el miércoles al advertir que prácticamente se llegó al límite de la capacidad de atención en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) en Bogotá, una de las cuatro subsedes colombianas del torneo. Las otras son Barranquilla, Cali y Medellín.
“Hay que decirlo con toda su realidad: la situación de contagio de Bogota es CRITICA: casi 100% de ocupación de UCI y cerca de 500 pacientes por ubicar. Es responsabilidad de todos protegernos. Cada aglomeración crece un riesgo para el cual ya no tenemos capacidad”, escribió Ruiz en su cuenta de Twitter.
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“CON LUTO NO SE JUEGA”
Por el estallido social, los cinco partidos que debían jugar los equipos colombianos en Copa Libertadores y Copa Sudamericana la semana pasada se disputaron en estadios de Asunción, Lima y Guayaquil.
Sin embargo, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) decidió hacer una prueba de fuego esta semana y programó en Pereira el duelo entre Atlético Nacional y Nacional de Montevideo y en Barranquilla los partidos Junior-River Plate y América de Cali-Atlético Mineiro, este último previsto para la noche del 13 de mayo.
Pero la tensión previa a los partidos entre Junior y River Plate, y Atlético Nacional con Nacional ensombreció las horas previas a ambos espectáculos.
Tanto, que el Nacional uruguayo argumentó que no se daban las condiciones para jugar, y el partido en Barranquilla debió ser interrumpido durante unos minutos por el árbitro uruguayo Esteban Ostojich debido al efecto de los gases lacrimógenos lanzados en la calle por las autoridades para dispersar manifestantes que llegaron a sentirse en la cancha.
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En Pereira, una multitud se congregó frente al hotel donde estaba hospedado el club uruguayo y al grito de “con luto no se juega”, en referencia a los muertos durante las protestas. Los manifestantes trataron de boicotear el encuentro. Además, hubo carteles de “No a la Copa América” izados por manifestantes.
“ESTAMOS PRÁCTICAMENTE LISTOS”
Pese a toda la situación que se vive, el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), Ramón Jesurún, expresó el miércoles en una entrevista con la emisora Antena 2 que su país está “prácticamente listo” para el torneo y que lo único que falta es “arreglar unos temas de iluminación en unos estadios”.
“La Conmebol nos ha apoyado. Nosotros trabajamos, esto no es fácil. Lo que debe quedar claro es que la Copa América va o va, ya sea en Argentina o en Colombia o donde sea”, dijo.
Y frente a la crisis que vive su país en este momento, el directivo fue tajante: “Uno entiende el problema social, pero el decir anticipadamente no lo hagamos, pues… Si no se hace aquí, igual se hará en otra parte. Son muchas voces que dicen eso y no las entiendo”. EFE