Keiko Fujimori, líder del principal partido opositor peruano, Fuerza Popular, se presentó hoy ante la audiencia judicial que decidirá sobre el pedido de la Fiscalía para someterla a prisión preventiva por 36 meses por supuestamente haber cometido el delito de lavado de activos.
La llegada de Fujimori, quien hasta el sábado no había confirmado su presencia en la sala al considerar que el juez que verá el caso, Richard Concepción Carhuancho, no es imparcial y debería ser recusado, estuvo acompañada por un enorme revuelo entre los medios y entre los grupos de simpatizantes fujimoristas y los que pedían su procesamiento en las puertas del juzgado.
Fujimori, sonriente y aparentemente tranquila, llegó acompañada por su esposo Marc Vito, y su hermana Sachi Fujimori, y no hizo ninguna declaración.
Al poco de entrar Fujimori también llegaron al tribunal varias de las otras 11 personas, todas sospechosas de formar parte o dirigir una red de lavado de activos en el seno del partido Fuerza Popular para blanquear aportes irregulares, sobre las que pesa un pedido de prisión preventiva.
De todos ellos, solo la principal asesora de Keiko Fujimori, Ana Herz de Vega, habló brevemente con los periodistas al afirmar que acudió al tribunal “dando la cara como siempre”.
“Somos un partido político, y quieren criminalizar a los partidos políticos. Es defensa de la democracia, nada tenemos que ocultar”, dijo.
El pasado viernes, el fiscal José Domingo Pérez solicitó la prisión preventiva contra este grupo, apenas dos días después de que la gran mayoría de ellos hubiera sido liberados de una detención preliminar.
Esa detención preliminar, que fue ordenada también por el juez Carhuancho, fue levantada antes de los diez días que originalmente fueron autorizados después de que un tribunal superior aceptara una apelación presentada por los defensores legales del grupo.
Ese recurso que anuló la decisión de Carhuancho es el argumento esgrimido por la defensa de Fujimori para recusar al magistrado en esta ocasión, y que los llevaron a expresar dudas sobre su presencia en la sala el día de hoy.
La investigación fiscal está dirigida contra la financiación irregular de la campaña de Keiko Fujimori para las elecciones presidenciales de 2011, donde presuntamente enmascaró grandes donaciones de dinero no declaradas con una contabilidad ficticia en la que figuraban múltiples aportes de personas particulares, informa Efe.
Entre las donaciones presuntamente ocultas estaría al menos un millón de dólares de la constructora brasileña Odebrecht, que la compañía, protagonista del mayor escándalo de corrupción de la historia de Latinoamérica.