Foto: @juventusfc
La Juventus de Turín se clasificó este viernes, en el regreso del fútbol italiano tras más de tres meses de parón a causa del coronavirus, para la final de la Copa Italia, al empatar 0-0 en el Allianz Stadium turinés y al hacer bueno el 1-1 conseguido en la ida, disputada a mediados de febrero en San Siro.
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Su rival se conocerá este sábado, cuando el Nápoles y el Inter de Milán se midan en el estadio San Paolo, después de que el partido de ida acabara con victoria del cuadro napolitano por 1-0.
Tras 95 días de inactividad a causa del coronavirus, el fútbol italiano regresó con un partido decisivo, una semifinal copera disputada en un Allianz Stadium turinés desierto y precedida por un intenso minuto de silencio en honor a las más de 34.000 víctimas italianas de la pandemia.
Con un tridente ofensivo formado por Cristiano, Dybala y el brasileño Douglas Costa, el Juventus se adueñó del balón y, tras un aviso del extremo carioca a los 70 segundos de partido, consiguió un penalti en el 15 por un toque con un codo en el área de Andrea Conti. El colegiado revisó la acción al VAR y certificó la pena máxima para el cuadro juventino.
Sin embargo, Cristiano cruzó demasiado el disparo y el balón fue repelido por el poste. Es el segundo error en 16 intentos desde el punto de penalti para el luso desde que fichó por el Juventus; el último fallo se remontaba a un duelo contra el Chievo de enero de 2019.
Se salvó el Milan, pero su alivio apenas duró diez segundos, pues tras el rechace, Rebic cometió una durísima falta, con una patada en el pecho al brasileño Danilo Luiz da Silva, y dejó a su equipo con diez hombres.
Intentó bajar los ritmos y razonar cuando dispuso del balón, pero el Juventus siguió gestionando el juego y solo una gran prestación de Donnarumma permitió al Milan mantenerse con vida e irse al descanso todavía con el 0-0 en el luminoso.
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Pero el equipo milanista tuvo el mérito de saber sufrir, de encerrarse en su mitad de campo el momento de la necesidad y de buscar peligros ofensivos en acciones a balón parado o con la rapidez del portugués Rafael Leao, entrado a la hora de juego. Eso le permitió aguantar hasta los últimos 20 minutos, con la posibilidad todavía de clasificarse con un gol.
El tremendo esfuerzo milanista no fue suficiente y el 0-0 final le dio al Juventus el pase a la final del 17, donde se verá las caras con uno entre el Nápoles y el Inter en busca del primer trofeo de la era poscoronavirus. EFE