La JEP explicó en su decisión que tras analizar detenidamente el caso, se concluyó que Otoniel mantuvo su condición de paramilitar pese a su desmovilización.
La Sección de Apelación de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) rechazó definitivamente la solicitud de sometimiento a esta justicia transicional del excomandante del Clan del Golfo, Dairo Úsuga, alias Otoniel, al concluir que mantuvo su condición de paramilitar pese a que se desmovilizó en 2006.
Úsuga, según el auto de la Sección de Apelación de la JEP, “mantuvo su rol de paramilitar todo el tiempo, entre su desmovilización en el 2006 y su reconocimiento público como jefe del Clan del Golfo en el 2009”.
Por lo tanto, con este portazo de la JEP a Otoniel, que fue capturado el 23 de octubre de 2021 y extraditado el pasado 4 de mayo a EE.UU. para que responda por delitos de narcotráfico, solo le queda lo que decida la Justicia nacional, frente a la que tiene que responder por decenas de delitos.
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En el documento de la Sección de Apelación, fechado el 2 de noviembre,, explica que para definir la situación de Úsuga se tuvo en cuenta su papel en la conformación y expansión de los grupos paramilitares después de que estos dejaran las armas en 2006 y que él se convirtió en el jefe del Clan del Golfo, considerada por las autoridades del país como la mayor banda criminal del país.
“De lo cual se infiere razonablemente que entre su desmovilización de las AUC en 2006 y su reconocimiento público como comandante de las AGC (Autodefensas Gaitanistas de Colombia – Clan del Golfo) en el 2009, el señor Úsuga David mantuvo la condición de paramilitar en solución de continuidad”, dice el documento de 28 páginas.
OTONIEL Y LAS AUTODEFENSAS
Tras la desmovilización de las AUC nacieron varias bandas criminales entre ellas el Clan del Golfo, que se hace llamar Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), una fachada política para sus actividades delictivas centradas en narcotráfico, minería ilegal, extorsión y secuestro, entre otras.
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“El principal grupo sucesor de las AUC fueron las AGC, grupo armado posdesmovilización que surgió para ejercer control territorial sobre zonas y rutas del narcotráfico abandonadas por las “autodefensas” desmovilizadas”, puntualizó la Sección.
Igualmente, Otoniel tampoco pudo probar su vínculo con la guerrilla de las FARC pues “su solicitud de sometimiento está desprovista de toda evidencia que permita comprobar su pertenencia a las extintas FARC”.
Úsuga acumuló ese prontuario criminal a lo largo de toda una vida en la ilegalidad, primero en las filas del Ejército Popular de Liberación (EPL), de las que, tras la firma de una acuerdo de paz en 1991, pasó a las paramilitares AUC y, tras la desmovilización de estas, en 2006, creó la banda criminal de Los Urabeños, actual Clan del Golfo.