Un intérprete afgano que ayudó a rescatar hace 13 años al entonces senador y ahora presidente de EE.UU., Joe Biden, ha pedido su ayuda para abandonar Afganistán tras el repliegue estadounidense, en declaraciones exclusivas publicadas este martes por el diario The Wall Street Journal.
“Hola, señor presidente: sálveme a mí y a mi familia”, dijo el traductor, que se identificó como Mohammed.
Este hombre y sus cuatro hijos permanecen escondidos en Afganistán, donde los talibanes recuperaron el poder a mediados de agosto, después de intentar abandonar el país infructuosamente durante un año.
Su solicitud para un visado especial para inmigrantes afganos, destinado a los intérpretes y quienes hayan trabajado con el Gobierno de EE.UU., se quedó atascada debido a que el contratista estadounidense para el que trabajaba perdió los documentos que respaldaban su petición.
Trató, como miles de compatriotas, de entrar al aeropuerto de Kabul en las últimas semanas para subirse a uno de los vuelos militares de EE.UU. para salir de Afganistán, pero no tuvo suerte: las fuerzas estadounidenses permitían que él pasara, pero no su esposa y sus hijos.
Ahora, según el rotativo, Mohammed se cuenta entre uno de los innumerables aliados afganos de EE.UU. que quedaron atrás después del repliegue de las tropas estadounidenses, que concluyó el lunes.
“No me olviden aquí”, pidió este hombre a Biden, al tiempo que afirmó estar “muy asustado” y no poder salir de casa.
En 2008, Mohammed, entonces de 36 años, ayudó a rescatar a Biden y a otros dos senadores que viajaban en dos helicópteros Black Hawk de las Fuerzas Armadas estadounidenses que tuvieron que llevar a cabo un aterrizaje forzoso en un valle, a 30 kilómetros de la base de Bagram, debido a una tormenta de nieve.
Junto a Biden viajaban los entonces senadores John Kerry y Chuck Hagel.
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Ante una petición de ayuda de la tripulación, Mohammed viajó durante horas en un vehículo militar Humvee junto a integrantes de la Fuerza de Reacción Rápida de la 82 División Aerotransportada para rescatarlos, relató al diario Brian Genthe, por aquel entonces un sargento que participó en la misión.
Tras el rescate de los senadores y su traslado a Bagram, Mohammed se quedó, junto a los soldados estadounidenses, en el valle durante unas 30 horas en medio de las temperaturas gélidas para alejar a los curiosos, megáfono en mano, de los Black Hawk. Efe