El portavoz del Gobierno francés, Gabriel Attal, informó este miércoles de que se ha decidido aplicar medidas más duras para frenar la virulenta expansión de la epidemia que ahoga los hospitales, y señaló que no dejarán que los médicos tengan que elegir qué pacientes tienen más posibilidades de sobrevivir.
Las nuevas restricciones serán anunciadas en una alocución televisiva esta noche por el presidente, Emmanuel Macron, la sexta desde que comenzó la pandemia hace un año, quien interviene en general cuando la situación es crítica.
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“Una cosa está clara: Francia no abandonará a ningún enfermo, la selección de pacientes no es una opción y nunca lo será”, dijo Attal en una rueda de prensa al cierre de la reunión del Consejo de Ministros y el Consejo de Defensa sanitaria.
El Ejecutivo se defendió así de las críticas de una parte de la oposición y asociaciones médicas que lamentan que no se hayan tomado medidas más estrictas antes, y aseguró que “la clave” de las decisiones tomadas “sigue siendo la situación en los hospitales”.
Este martes se superó el umbral simbólico de los 5.000 pacientes en las ucis, por encima del pico de la segunda ola a mediados de noviembre, y algunos epidemiólogos han advertido de que en unas semanas se podría llegar al techo de los 7.000 de la primera ola.
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La prensa local plantea varias hipótesis sobre los anuncios, entre las que se baraja el cierre de las escuelas en los 19 departamentos más afectados en los que ya se aplica un confinamiento suave, que prohíbe los desplazamientos más allá de 10 kilómetros del domicilio.
Otra de las opciones sería la transferencia masiva de enfermos de ucis de la región parisina, cuyo nivel de ocupación es ya superior al 100 %, a otras zonas del país, o de la movilización de clínicas privadas para conseguir 2.000 plazas a nivel nacional. EFE